Con la elección de Gustavo Petro Urrego como presidente con 11.281.013 Votos que representa el 50.44% frente a 10.580.412 Votos con el 47.31 % que logró Rodolfo Hernández, los colombianos han concurrido de manera histórica a las urnas.
Colombia acaba de romper varias de sus costumbres más arraigadas. La más importante: por primera vez en su historia republicana, el país tendrá un gobierno de izquierda de clara tendencia progresista con el concurso de varios sectores y movimientos políticos y sociales.
Lo más parecido se remontaba a los años 40, cuando terminó el segundo mandato de Alfonso López Pumarejo; pero después, con las guerrillas que surgieron en el campo bajo el paraguas ideológico de la Revolución cubana, todo se distorsionó, pues la guerra —el terrorismo, los secuestros, los millones de desplazados— hizo imposible durante seis décadas hablar con normalidad de izquierda democrática con estilo liberal.
Otro de los precedentes que estas elecciones destrozaron fue la abstención de los colombianos, cuyas cifras altísimas nos habían permitido siempre temer una ruptura entre la democracia y la gente. Nunca habían votado tantos en Colombia, y nunca —esto es más importante todavía— había sido elegido un presidente con tantos votos.
Esto es bueno, por supuesto, pero todo tiene un lado oscuro en la política actual: pues la enorme afluencia de votantes en estas elecciones también se debió a la impresión de hecatombe inminente que impregnó el ambiente de las últimas semanas. Los dos extremos vendieron la idea de que la victoria del contrario significaría el hundimiento sin remedio del país. Y eso no es tan bueno.
La buena noticia es que el Petro que ganó las elecciones no es el mismo que ganó la primera vuelta: en estas semanas se han unido a su partido figuras moderadas que llegan de otros lugares políticos, concitan el respeto de muchos y permiten pensar en algo que los colombianos nunca hemos sabido hacer: negociar.
De eso dependerá, el éxito de su gobierno y el Pacto Histórico: de su disposición para ceder, rodearse de los que piensan distinto, escuchar a los otros y a veces concederles la razón.
Un hecho relevante por destacar tiene que ver con que llegará a la vicepresidencia de la República una mujer afro de origen Caucano como lo es Francia Elena Márquez Mina, modelo de mujer luchadora de alto contenido social que rompe todos los esquemas tradicionales.
Por primera vez unamujer afro estará a la casa presidencial. Márquez Mina representa y encarna la lucha colectiva por la igualdad de género y étnica. Su vida misma es el reflejo de eso, de ahí la importancia que una mujer de su talante represente lo que ella misma llama «Los nadies y nadies».
De hecho sus coterráneos aportaron 515.074 Votos con el 79.02 % del total de la votación en el Cauca por la fórmula del Pacto Histórico ante 122.693 Votos con el 18,82% que registró La Liga de Gobernantes Anticorrupción de Rodolfo Hernández y Marelen Castillo.
En Puerto Tejada Gustavo Petro alcanzó un total de 19.380 Votos con el 88.46 % y Rodolfo Hernández 2.121 votos lo que representa el 9.68 % de la votación total.
Las calles de todos los municipios del Cauca como Puerto Tejada se vieron abarrotadas de autos, motos y personas simpatizantes de Gustavo Petro y Francia Márquez, que marchaban con banderas para demostrar su apoyo a los triunfadores de esta jornada electoral.
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