Los diciembres antioqueños no se conciben sin la música parrandera de Joaquín Bedoya. Una de las canciones por las que más se recuerda al ‘rey de la parranda’, fallecido el sábado 22 de noviembre del 2014 a los 71 años de edad , es «Llegaron las Putierres».
También puso a bailar a los paisas con canciones como Aguardiente p’al chofer, Échele agua a la sopa y Las veteranas, que tenían el sello del doble sentido y la picardía que son la marca distintiva del género parrandero de la zona.
Bedoya nació en Frontino (Antioquia), el 10 de febrero de 1943. Su familia, desplazada por la violencia, tuvo que radicarse en Bello, cuando el futuro músico era muy niño. El próximo 22 de Noviembre cumple dos años de su sensible fallecimiento en Envigado.
El compositor e intérprete llegó a la música por la influencia de su hermano José A. Bedoya, que ya era músico y hacía presentaciones y grabaciones que evocaban el estilo de Guillermo Buitrago (fallecido en 1949).
Cuando salía de casa, el hermano mayor dejaba su guitarra escondida bajo la cama. Allí la encontraba Joaquín, que trataba de sacarle música. Solo cuando fue descubierto, el hermano mayor lo guió en el camino que sería el de toda su vida.
Su primera presentación ante un público fue casi casual: no había quien punteara en el grupo de su hermano y lo pusieron a tocar. Y cuando en la disquera buscaban a alguien tan bueno o mejor que José A., alguien lo propuso y comenzaron los éxitos.
Bedoya grabó para Codiscos, Fuentes y Discos Victoria (la mayoría de sus éxitos en esta última). También llegó a componer para otros artistas canciones de otros géneros, incluso rancheras. Además de la guitarra, tocaba la lira y el tiple. Dejó cuatro hijos, uno de ellos le componía canciones.
Joaquín Bedoya alegró los diciembres de los colombianos por más de cuatro décadas con canciones como “El espanto” y “Desconfíale a las mujeres”, que interpretó en sus inicios
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