El pedalista de Pesca (Boyacá) superó al canadiense Michael Woods por nueve segundos. Rigoberto Urán fue tercero y Rodolfo Torres, octavo.
La sangre nueva del ciclismo colombiano está demostrando su potencial en las carreras europeas. El 11 de septiembre Nairo se coronaba campeón de la Vuelta a España, el sábado 24 Esteban Cháves triunfó en el Giro dell´Emilia y este miércoles Miguel Ángel López se coronó en la Milano Torino. El pedalista de Pesca (Boyacá) venció por nueve segundos al canadiense Michael Woods y por 14 a Rigoberto Urán, quien nuevamente terminó en el podio.
El boyacense, de 22 años, demostró sus dotes de escalador en los últimos 5 kilómetros, cuando se destacó del grupo de favoritos, alcanzó al canadiense Michael Woods (Cannondale) y dio un golpe definitivo a 450 metros de meta, donde levantó los brazos con nueve segundos de adelanto tras 4h.13.35 de trayecto.

La prueba más antigua del calendario internacional, con 140 años de historia ofrecía una oportunidad para los escaladores, y no faltó a la cita López, una promesa hecha realidad que ya avisó de sus facultades con el triunfo en el Tour de L’Avenir en 2014. El guión se cumplió, pero no faltaron alicientes hasta la subida definitiva a Superga.
Tampoco faltó la escapada, que esta vez protagonizaron el italiano De Marchi (BMC), el rumano Grosu (Nippo) y el británico Kennaugh (Sky), una aventura que tuvo el permiso inicial del pelotón hasta el punto de que les dejaron abrir una diferencia superior a los 11 minutos. Pero el gran grupo enseguida comenzó a limar diferencias para discutir el triunfo en los últimos 23 kilómetros, donde esperaba un perfil montañoso con el doble ascenso hasta la basílica de Superga, una subida de casi cinco kilómetros con una pendiente media brutal, del 9,1 por ciento y rampas de hasta el 14.
Un final propicio para escaladores que desafió Kennaugh, quien presentó su candidatura mostrándose como el más fuerte del trío en fuga. Aquel corredor que estrenó el maillot rojo en la reciente Vuelta dejó la compañía de Grosu y De Marchi y se lanzó en busca de la gloria. Poco le duró la ilusión a Kennaugh, pues a 9 kilómetros de meta el pelotón se le echó encima, ya a un ritmo supersónico que anuló los intentos que se iban produciendo. Saltó el canadiense Woods aprovechando un parón en el grupo delantero, y el treintañero de Otawa, exatleta que se hizo ciclista tras sufrir una lesión, abrió hueco.
Por detrás alguien sabía que la iniciativa de Woods no iba en broma. López dejó plantado al grupo perseguidor a 3,7 de meta, donde aún aguantaban el español Mikel Landa y el francés Romain Bardet. El ciclista de Pesca (Boyacá) alcanzó al canadiense y ambos consolidaron la fuga definitiva con apenas una decena de segundos.
Atacó Woods a 800 metros de la cima, aguantó López y el colombiano dio el golpe de gracia de inmediato para entrar en vencedor. Un premio para «Superlópez», quien dejó su sello en una prueba de prestigio, que se disputa desde 1876. En la prueba se produjo una dura caída que terminó con dos hombres del Movistar en el hospital, el español Rubén Fernández y el italiano Adriano Malori.
Especial mala suerte para el ciclista transalpino, quien hace unos días volvió a competir después de su grave accidente en el Tour de San Luis, sufrido el 22 de enero. También fue evacuado en ambulancia Michele Scarponi.
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