Esta es una historia que jamás ha sido contada ni en las aulas ni en los libros de Historia. Pero no debe morir. Es un deber recordarla a las próximas generaciones para que perdure y contagie el amor por la Patria del cono sur.
Es la historia de «EL NEGRO MULETA». Un argentino que nunca estará en ningún billete.
Don Antonio Rosa, conocido como “El Negro Muleta”, quién falleció a los 121 años, es uno de los argentinos que más vivió en este país; nació en 1795 en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires y era hijo de padres esclavos africanos. Vivió todos los procesos de la creación de este país como Nación.
En 1827 se enroló en el Ejército Argentino, participando en alrededor de 30 batallas. La mayoría de ellas fueron en la Guerra con el Paraguay, donde obtuvo dos medallas mérito al valor militar. Habiendo permanecido en las tropas argentinas durante 63 años, se retira con el cargo de Sargento Primero.
Los pobladores de los barrios del sur de Buenos Aires, conocieron a este hombre, que tras por trasponer los umbrales de un siglo y cuarto de existencia, fue conocido afectuosamente por el apodo de “El Negro Muleta”, y ello se debe a la circunstancia de que algunas veces solía emplearlas, luego de las largas caminatas que casi todos los días efectuaba a los pueblos de Quilmes, Haedo y hasta Luján, en busca de hierbas curativas, y cuyas virtudes medicinales decía conocer y recomendar.
Su cuerpo, era un verdadero mapa de la historia argentina, con mas de quince heridas de combate.
En la guerra del Paraguay, Don Antonio fue herido: en Paso de la Patria, de dos balazos en los riñones; en Boquerón, de un bayonetazo en el pie izquierdo; en Curupaytí, de un balazo en el brazo derecho y un sablazo en el muslo del mismo lado.
“El Negro Muleta”, Solía mostrar más de 15 heridas de las distintas batallas que había participado.
Tuvo 2 esposas, dejando 19 hijos. Fue muy amigo de Leandro N. Alem, participando con casi 100 años de todas las revoluciones que realizara el radicalismo para conseguir el voto universal, secreto y obligatorio.
Llegó a votar en 1916 para que Hipólito Yrigoyen sea consagrado presidente de la República. Era una persona muy activa, que caminaba mucho, e incluso lo hacía habiendo pasado el siglo de vida.
Este viejo servidor de la Patria Argentina, hasta el último día de vida, comió su carne asada, tomó su trago de vino y fumó su toscanito.
La revista “Caras y Caretas” publicó esta foto del “Negro Muleta” en diciembre de 1916 en su casa de Colombres 1765 de la ciudad de Buenos Aires con 121 años de vida.
Un hombre de ancestro afro que sirvió a su Patria con entrega y esmero, recibió múltiples heridas por ella, luchó por el crecimiento del país como lo conocemos hoy en día, y jamás pidió un subsidio o arreglo de dinero a su favor por lo que hizo por la nación argentina. No lo olvidemos.
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