! El salario de  los congresistas, más que justo…!

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Siempre se ha criticado el costo –  beneficio que se otorga por el salario que devengan nuestros  congresistas por ser una  institución que recibe  constantes críticas y es  duramente  cuestionada por la opinión  pública por su desprestigio.

Los colombianos  nos olvidamos que el máximo escenario de  la  democracia es la más representativa  foto de  lo que es el país, con sus cosas  buenas y negativas.

El diario español  El País  ha  puesto nuevamente  el dedo en la llaga  revelando  cuánto reciben los legisladores de ingresos mensuales y beneficios adicionales como tiquetes y gastos de oficina.

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Este no es un tema  nuevo en un escenario de la realidad que  vive  el país  por cuenta de  la inequidad e  injusticia que se ejerce sobre la  gran mayoría de sus  habitantes, cuya  clase  trabajadora es  la más sacrificada y será la que pague en definitiva una  nueva  reforma tributaria.

El podio de América Latina lo completan los congresistas colombianos, con 9.400 dólares por mes sin contar ingresos extras. El salario mínimo colombiano es de 234 dólares. Un poco más abajo se encuentra México, con un salario en el bolsillo de 7.000 dólares, cifra que puede ascender hasta los 15.000 dólares cuando se le añaden todas las prestaciones extraordinarias. El salario mínimo de los mexicanos es uno de los más bajos de la región: 100 dólares.

 

Desde el techo de Brasil, Chile, Colombia y México se pasa al grupo de países cuyos legisladores reciben salarios en torno a los 5.000 dólares, como Argentina, Ecuador, Paraguay y Perú, aunque los montos extras no son siempre comparables. Un diputado ecuatoriano que no viva en la capital, por ejemplo, recibe un bono de 700 dólares para pagar una vivienda y 4 pasajes de avión. Pero los peruanos y los argentinos hasta duplican su ingreso original cuando suman toda la dieta. Debajo de la lista están Panamá, El Salvador y Bolivia.

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El Gobierno  Santos expidió el decreto 1056 del 2016 con el cual se autorizó un aumento equivalente del 7,77 por ciento mensual para los miembros del Congreso, lo que se traduce en que un legislador, ya sea senador o representante, recibirá una asignación de 27’929.064 pesos. El reajuste es el que la ley prevé anualmente.

Lo que muchos desconocen es que en la práctica realizar  política en Colombia sigue siendo una de las  actividades más  costosas, pues hacer lobby en las  instancias  gubernamentales para gestionar proyectos y recursos para  sus regiones, además de  sostener las sedes, directorios , el ejército de “lagartos” y necesidades diarias  de  los  electores para un congresista de provincia este  salario es  más  que justo.

Comprobado está que más del 80 por ciento de los miembros del  Congreso de  la República, Senadores  y Representantes a  la Cámara,  son  acaudalados hombres y mujeres pertenecientes  a hegemonías y herencias de fortines políticos o representan gremios e  intereses  económicos. Lo que  reciben como salario en el Congreso es  prácticamente plata  de  bolsillo para la «gaseosas» de sus seguidores.

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Un parlamentario por ejemplo debe recorrer muchos  municipios y regiones en los cuales   sosteniendo  con sus propios  emolumentos  todo el engranaje de sus seguidores  y simpatizantes, sin contar el costo de  una delegación de  líderes y  dirigentes que se  trasladan a  la capital de  la  República  para una cita con un alto funcionario que mucha veces incluye  desayuno ,  almuerzo  y hospedaje.

Un político serio y generoso sabe que sostener un aparato político- organizacional  lo obliga en muchas  ocasiones a  depender de la “mermelada”  porque lo que recibe como salario no le alcanza y mucho menos en época  electoral, para los gastos rigurosos que  implica hacer la  política.

Los más  tacaños y menos  exitosos con los votos “amarrados” por prebendas burocráticas o buenas  gestiones ante  los  gobiernos, recurren a la  imagen positiva que los posiciona ante la  opinión pública, el manejo de sus  comunicaciones como las  redes  sociales, pero son casos excepcionales, porque las maquinarias y empresas electorales se  consolidan  cada vez  más.

Una  curul en el congreso cuesta entre 2 mil y 7 mil millones de  pesos según la  región y los escenarios que los  aspirantes quieran conquistar y en cuatro años el sueldo no alcanza a los 1400 millones de  pesos, saquen entonces las  cuentas  y conclusiones, que política no se  puede  hacer con “ pelaos”  y sin independencia  económica.

El problema radica en si por su labor  legislativa  y actividad  dirigencial ese congresista justifique ese salario con resultados.

 

Redacciòn