El actual embajador de la música de violines caucanos es el grupo Dejando Huella, oriundo de Puerto Tejada.
Ellos prendieron la fiesta en la noche final del Petronio el año pasado. Fueron el tercer grupo de la noche en salir al escenario, pero enloquecieron al público con ‘Fuga en el corazón’ y el torbellino ‘Herencia de mis ancestros’ que pusieron a bailar y a agitar pañuelos blancos.
Dejando Huella nació hace 8 años. Su nombre hace parte de una fundación en la que atienden unos 85 niños en condición de vulnerabilidad, y con los que desean hacer un semillero musical que conserve la práctica cultural del violín caucano.

Han sido un grupo reincidente en el Petronio. En su primera participación alcanzaron el segundo lugar en la modalidad de violines caucanos. Y el Petronio ha sido una meta por alcanzar. “Sabemos que el Petronio es una pantalla grande y desde donde nosotros venimos, qué mejor escenario que este para mostrar nuestro trabajo”, expresó María Elsa Zapata, integrante de la agrupación, que este año esperan poner muy en alto el nombre de Puerto Tejada y el Cauca en el emblemático Festival del Petronio Alvarez.
El grupo está conformado por diez personas, hombres y mujeres de diferentes profesiones como maestras, enfermeros, obreros, amas de casa y personas independientes. “La música a todos nos viene de tradición” señaló el arreglista del grupo Medardo Aponzá.
“Este premio del Petronio Álvarez será un impulso grandísimo para la fundación, estábamos trabajando con las uñas, con lo que cada uno podía aportar”.
En la modalidad de violines caucanos también fueron finalistas en el 2015, Aires de Dominguillo y Brisas de Mandivá, ambos de Santander de Quilichao.
Por: Gloria Inés López Horduhy
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