San Jacinto despidió con honores al cura que “hizo que lloviera”

La velación del sacerdote José Prudencio Padilla se realiza en San Jacinto.
Con una multitudinaria despedida, como una muestra de agradecimiento por su guía espiritual en cerca de seis años, los sanjacinteros acompañaron ayer el féretro del párroco de esa población José Prudencio Padilla , quien murió al mediodía del martes tras sufrir un infarto.
. Cuando se disponía a oficiar un bautizo en la población de San Jacinto (Bolívar), en los Montes de María, perdió la vida como consecuencia de un aparente infarto el padre José Prudencio Padilla, quien era párroco del municipio desde hace seis años, tras arribar desde su natal Cartagena.
Padilla fue remitido al mediodía de este martes al hospital local de la población, pero fue demasiado tarde. Tan pronto se conoció la noticia, un puñado de feligreses se aglomeró al centro asistencial, dada la simpatía de la que disponía en el pueblo.
El sacerdote José Prudencio Padilla será recordado entre los sanjacinteros, sobre cualquier otra razón, porque en marzo de 2013 debió afrontar un particular clamor colectivo: el pueblo le pidió que sacara al santo patrono a las calles, porque no llovía por más de un año y «solo así podía ocurrir un milagro».
En ese entonces, el párroco accedió a la petición de los lugareños, que le advirtieron que, de no hacerlo, el patrono de San Jacinto sería sacado de la iglesia a la fuerza.
Por eso, con vestiduras relucientes y primorosas, el santo fue paseado por las calles del pueblo, para que la lluvia volviera a refrescar aquellas tierras.
Tal fue el fervor y la fe entre los devotos, que cayó sobre San Jacinto un torrencial aguacero al día siguiente.
Sin embargo, la alegría no duró mucho entre los pobladores. En los últimos años una fuerte sequía ha azotado a la región de los Montes de María, al punto que buena parte de los cultivos de los campesinos se han perdido.
Además, la prestación del servicio de agua potable en el municipio es bastante precaria.
Tras la muerte del padre José Prudencio Padilla, en San Jacinto esperan despedirlo de forma multitudinaria.
Además de acceder al clamor del pueblo, por lo que decidió pasear el santo, el padre también será recordado por su amor y gusto por la música de gaitas y las artesanías, que se constituyen en orgullo ancestral de los sanjacinteros.
En Cartagena, el párroco era ampliamente conocido en el barrio El Socorro, en donde dirigió una congregación religiosa.
Padilla se ganó el cariño de San Jacinto porque en marzo de 2013 accedió a la petición de varios feligreses, que le hicieron saber que era necesario sacar el patrono del pueblo a las calles “para que volviera llover” después de más de un año de intensa sequía.
En ese entonces, como el párroco le prometió al pueblo, el patrono fue paseado por las calles y al día siguiente cayó un torrencial aguacero, del que aún se habla en la plaza y en todos los rincones de San Jacinto.
Tras el hecho ocurrido en aquel 2013, que muchos feligreses catalogaron como un “verdadero milagro”, San Jacinto no logra reponerse de la partida de quien se constituyó en uno de sus principales líderes espirituales.
Desde tempranas horas del miércoles, los fieles se congregaron en la parroquia del pueblo, para asistir a una misa de agradecimiento dirigida por autoridades eclesiásticas de la zona.
En medio de las lágrimas de los fieles, que recordaron al padre padilla como una guía idónea para los jóvenes y un amante de la música de gaitas, el féretro partió después del mediodía hacia su natal Cartagena.
Las madres salieron junto a sus niños y los ancianos del pueblo para sumarse a la despida. Aunque solo pudieran verlo de lejos, estuvieron presentes de principio a fin.
Dicen que el cielo estuvo gris, como no se veía desde hace tiempo en el pueblo. Quizás “hasta la naturaleza está triste”, comentaban algunos.
Se espera que las honras fúnebres del sacerdote José Prudencio Padilla se realicen en un cementerio de Cartagena la tarde de este jueves.
En barrios como El Socorro, donde dirigió una parroquia, Padilla también era muy querido, como lo fue en San Jacinto.
Se propuso recuperar las tradiciones
Según el comunicador social Imer Alvis, además del célebre episodio del torrencial aguacero que sobrevino después de que el santo del pueblo fue paseado por las calles, los sanjacinteros siempre reconocerán el esfuerzo que el párroco José Prudencio Padilla hizo para recuperar tradiciones que parecían estar desterradas en la población.
Tal es el caso de los llamados ‘bautizos de muñecas de pan’. Según Alvis, la tradición consiste en presentar ante un sacerdote un muñeco envuelto entre sábanas, como si se tratara de uno de de carne y hueso, para afianzar los valores de amistad y compañerismo entre las personas.
Por eso, en medio de la camaradería y la confianza que muchos le tenían, Padilla era buscado para que compartiera con jóvenes y veteranos la tradicional práctica sanjacintera.
Amante de la gaita
El cura “que hizo que cayera lluvia”. El de los ‘bautizos de pan’. Así quieren en San Jacinto que sea recordado por siempre el padre José Prudencio.
A los feligreses de la población bolivarense les bastó menos de una década para aprender a quererlo.
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