La gente no está creyendo
Por: Gloria Lorena Iragorri Mosquera.
Es una vergüenza, un despropósito un grave error político del Gobierno Nacional en sus peores momentos de popularidad, en los que nadie hasta los más macabros y terrorista miembros de la Farc puedan dar algo por él, pretender que los Colombianos engañadamente pueda ser gente de bien.
En el Cauca a excepción del congresista Carlos Julio Bonilla Soto, a quien no conozco sino por referencias en los mentideros políticos de Bogotá, ningún polítiquero tiene una estructura seria y honesta, para identificar y permanentemente estar comunicado con sus huestes y comunidad.
Eso quizás ha sido el distanciamiento de los electores con las bases populares, la gente está odiosa, mamada, no quiere saber nada de los congresistas y de los aspirantes a las corporaciones regionales , porque sencilla mienten y nadie les come cuento, el descrédito es total, están distantes.
La gente no quiere saber nada de los políticos tradicionales, son mentirosos y la factura, negativa está para cobrarse.
Hay desgaño, la apatía, la desconfianza es notable, los gobernantes locales han sido inferiores que al compromiso con sus comunidades y a la mayoría les espera cuestionamientos fiscales, disciplinarios y hasta penales, pero la falta de credibilidad de los entes de control es otra vergüenza por registrar, por no decir vomitar..
En el consenso regional del cauca se coincide en una premisa popular que ningún Alcalde pone Alcalde. a excepción del alcalde de Miranda, Walter Zúñiga Barona reconocido por sus ejecutorias por la revista SEMANA .
Nos referíamos anteriormente en el tema de los congresistas a Carlos Julio Bonilla Soto, porque ha sido el único parlamentario que ha demostrado en el Cauca según CONGRESO VISIBLE ser coherente con su actividad legislativa y ha señalado de alguna manera, honestidad y sensatez política, porque en el fondo existe una desconfianza y poca favorabilidad hacia los parlamentarios Caucanos.
No podemos renunciar a la política, es algo inherente al hombre. Sin política no hay sociedad, no hay Gobierno, no hay libertad, así muchos de los alcaldes, concejales, diputados y gobernadores sean una caspa.
La crisis política no deja de ser un concepto atípico en una democracia. En una democracia consolidada la población debe estar en diálogo constante con la élite política, si esto se cumple no deberíamos llegar a una crisis.
Es necesario que las diferentes sensibilidades de la población lleguen a los centros de poder y para eso hay que comprometerse con la Política, en mayúsculas. Se debe hacer una política madura y democrática, que no suponga una radicalización de la sociedad.
Con más de 50 años de andadura democrática con un conflicto interno que nos desangra, debemos de ser plenamente conscientes de nuestros derechos políticos y plenamente consecuentes con el uso que hacemos de ellos.
La participación no se concibe como intolerante o radical, sino tolerante y constructiva.
El compromiso político es un elemento fundamental en el Estado democrático, pero para mí tiene un cometido más importante aún: el de hacer nación, patria y credibilidad, pese a que los políticos sean una caspa, unos odiosos y perversas figuras que como en el caso del Cauca, la gente no les cree.
Por: Gloria Lorena Iragorri Mosquera.
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