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Carol Estefanía, una menor de 15 años, fue atropellada en Bogotá por un taxista que conducía en estado de embriaguez. Permaneció varios días en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Santa Clara, después de que el conductor arrollara once personas en el sur de la capital de la República el pasado sábado 8 de noviembre.
El responsable del hecho, identificado como José Eduardo Chalá Franco, conducía irresponsablemente bajo los efectos del alcohol, con grado II de embriaguez, y en exceso de velocidad.
En el accidente también resultaron heridas otras diez personas, entre ellas varios menores de edad, uno de ellos hermano de la adolescente fallecida.
El conductor fue capturado en flagrancia y presentado ante la Fiscalía General de la Nación, donde aceptó los cargos por homicidio en grado de tentativa y lesiones personales agravadas.
Con la confirmación del fallecimiento de Carol Estefanía, la Fiscalía estudia reformular los cargos para imputar el delito de homicidio agravado, que podría aumentar considerablemente la pena que enfrentaría el procesado. Mientras tanto, el juez de control de garantías ordenó que Chalá Franco permanezca bajo medida de aseguramiento en centro carcelario.
La tragedia ha reavivado el debate sobre la falta de control y sanción efectiva a los conductores reincidentes.
Chalá acumulaba más de diez comparendos, varios por conducir en estado de embriaguez, exceso de velocidad y violar el pico y placa. Además, ese mismo día el vehículo no estaba autorizado para circular, lo que agrava la indignación ciudadana.
Familiares, amigos y vecinos de Carol Estefanía exigieron que este caso no quede impune. “Mi hija no tenía la culpa de que un irresponsable se subiera borracho a un carro”, expresó con dolor la madre de la joven.
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