Agüeros: Mito, fantasía o realidad. Claro que sí no lleva los 35 mil, no se la come pulpa.

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Por: Álvaro Miguel “El Negro” Mina.

Por ésta época donde escasean las oportunidades de trabajo y esperanzas de encontrar al Príncipe Azul. O saciar la sed del éxito, en el pozo de la dicha. Lo fácil o inmediato es acudir a los “agüeros”.

Ahora, sí entendemos porqué en muchas de las viviendas encontramos, izada una penca se sábila, con cinta azul, una bolsa negra y en su interior dos ajos machos y una moneda de centavos. Claro qué también se puede visualizar un frasco, con miel de “abeja rial”, para endulzar al amor de la vida.

O también la escoba patas arriba detrás de la puerta. O la medalla de San Benito, para ahuyentar las visitas pegajosas, en busca de onces, almuerzo, o solicitud de préstamos.

De acuerdo a nuestros mayores estás doctrinas, o dogmas populares, provienen de los abuelos, y en estos días, por la falta de creatividad de la juventud. Para algunos nativos ávidos de triunfo, se trata de una simple ficción, o pereza raquídea.

Hoy recuerdo el escrito en la caja de embolar de Gregorio, el amigo lustrabotas, del Parque Los Fundadores o de las “Iguanas” como llaman algunos ahora en Puerto Tejada: “Aquí se consigue la plata, a la antigua… trabajando”.

Al término de un prolongado diálogo, con expertos agoreros, adivinos o hechiceros, dejamos a merced de los respetables lectores, algunas de las creencias o recomendaciones:

Según nuestros antepasados la mata de sábila colgada en la puerta de entrada, evita los hechizos, las malas energías, vecinos tóxicos y chismosos.

Para acelerar el proceso de caminar en los bebes, basta con emplastos de cascara de huevo machacadas en sus rodillas.

Si requiere que su cabello se encrespe, debe hacerlo cortar de una peluquera de raza negra, caja ancha, risueña y preferiblemente, qué maneja con destreza la tijera con la mano izquierda.

Para convertirse en un exitoso viajero, simplemente tome una maleta de preferiblemente de cuero y hebillas. Dele tres vueltas a la manzana el 31 de diciembre a las 12:00 p.m. No importa sí cuando, regreses a casa la encuentre vacía. Ésta se volverá a florecer, por obra de magia.

Quien consuma una taza de café preparado en colador de nylon, de pepitas, será una persona prospera en el amor y jamás sufrirá de “vértigo o tiricia”.

En caso de hipo de los bebés, se le debe colocar una mota de algodón en la nariz. No importa que haya nacido ñato, con el linimento respirará muy bien.

Sí quiere despedir una visita cansona, pasadas las 11:30 a.m. debe colocar la escoba patas arriba, o la medalla de San Benito, detrás de la puerta principal. Saldrá cómo volador sin palo.

Si va a hacer una fiesta en casa y quiere que todos los invitados vayan, se debe regar azúcar morena, con pimienta, en los rincones del inmueble.

Para aquellos de malas en el amor y en el juego de chance; usen gafas oscuras, tengan trabajo estable y cada ocho días acudan a la galería, con un buen y repleto canasto de alimentos. Eso sí nada de fiado. Simplemente comida fiada no engorda.

En caso de no tener suerte con las cosechas; sencillo, amarre en la raíz o troncos de los árboles zapatos viejos, llantas usadas, o el cuco suerte amarillo de diciembre.

Según me lo confesaron, Olga y Margara, dos amigas guerreras de vieja guardia: “Los hombres bailarines, son buenos amantes”. Claro qué los fines de semana roncan demasiado, y son adictos a la “aerofagia”.

Se recomienda para atraer el dinero, empuñar un dólar con el rostro del indio, antílope Corredor, nativo de Kansas y Nebraska. Para mayor efectividad se debe hacer con el puño izquierdo, durante 24 horas. Sin mirar hacia atrás.

En caso de decir mentiras, cruce los dedos de su mano derecha, para librarse del pecado capital y de ser descubierto.

Cuando haya tormenta tape los espejos de su casa con una sábana blanca de 450 hilos y verá cómo se calma. Además desconecte los electrodomésticos.

Para lograr el crecimiento de sus uñas, simplemente pintarlas de negro, con vivos café y muy seguramente nadie la vuelve a tomar de las manos.

En caso de levantarse con el pie derecho y las cosas no salieron bien. Al día siguiente madrugue un poco más hasta lograr el objetivo.

Recuerde, si por si acaso, madrugó a “fiar” y en el camino, se encontró, con un gato negro, una escalera, tijeras o una mujer bostezando, devuélvase, porque tampoco éste es su día de suerte.

Nunca cuente dinero sobre la cama porqué se evapora.

En caso de qué no haya qué cocinar en casa. No olvide colocar la olla pitadora con buen cilantro y ajo al medio día, hasta que pite, para evitar la murga, de las mirlas y los vecinos chismosos.

Si pasado un año de practica de éstos: “Fetiches, amuletos, supersticiones o talismanes”; siéntese, respire, reflexione y actúe; esto no es ensaladita Light. Esto es cómo dijo, el popular profesional del betún  “Gregorio”, madrugando trabajando y trabajando.  Porqué estás creencias al final son más espuma que leche.

Redacciòn