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Por: Álvaro Miguel “El Negro” Mina.
El día 5 de octubre del año 2010, en calidad de cronista fui invitado a Robles, Jamundí, la tierra de la extinta Tía, Leonor González Mina; la “Negra Grande de Colombia”. Como diría Don Iginio, “a carajo, está buena cosa”.
Al llegar al sitio debo reconocerlo fue una grata sorpresa. Nada más ni nada menos debía certificar la sonoridad de la concentración musical de la orquesta conocida cariñosamente cómo: “Los Incompletos”.
Al calor del producto macerado en las Piedras Negras de Escocia, el extinto y oferente, magistrado, Néstor Raúl Charrupí Jiménez . Izando el copón en todo lo alto y con un leve golpe al Baccarat, abrió plaza a la cantata de los magistrales, soberbios, e intrépidos músicos.
Ahí pudimos certificar que la magia del Son Cubano, proveniente de la Isla de Martí, se había tomado las florecientes praderas del corregimiento de Robles, a orillas del Rio Cauca. Con la naciente y exitosa agrupación “Los Incompletos”.
Pues según el relato del viejo “Pluto”, se trataba de virtuosos parceros, e intérpretes que a punta de azadón, peinilla, guadaña, pica y pala, desde la década del 40 comenzaron a vibrar con las notas musicales del mítico Son Cubano.
Todos ellos marcados con limitaciones físicas, por el fragor de la labranza de la tierra, en busca de los “chelines”, para mantener la numerosa familia.
Vale recordar que quiénes interpretaron ésa armoniosa calentura musical, fueron seis abuelos mayores de los 80 abriles, eneros y diciembres. Eso sí, todos con un futuro definido, luego de cumplir sus compromisos comerciales con La Caja Agraria y haber educado a la descendencia.
Mientras se echaba un espirituoso al pecho, y afinaba las cuerdas vocales, encontramos al querido Plutarco Zamora, ensayando con su Guitarra, al lado de su infaltable amigo, un Tractor Ford 5000.
En ese momento el viejo “Pluto”, destapó la caja de los aromas y nos advertía, que la cosa era en serio, porque ése sábado debutaban en la Caseta Comunal de, Guachinte. Y estaba en juego el trofeo al mejor interprete. Eso indicaba ser ganador de un novillona, tres racimos de plátano y semillas varias de frutas, hiervas de azotea, además de un Lechón para consumo inmediato.
En ése momento octubre 5 del 2010, la agrupación: “Los Incompletos”, estaba integrada por los reconocidos, intérpretes y concertistas de la región: “El Tuerto” Plutarco Zamora, Director, guitarra y cantante; Amador Jiménez, requinto a quién le faltaba un ojo; “El Cojo” Pedro Carabalí, en el güiro; “El Mocho” Roberto Carabalí, requinto mayor; “El virolo” Jaimito Charrupí, en las maracas y “El Sordo” Elías, quien se desempeñaba, cómo segunda voz.
Siempre actuaba como manager y empresario, el extinto, Néstor Raúl Charrupí Jiménez.
Según los asistentes fue una jornada melódica, llena de camaradería, buenas viandas y apetitosos lípidos, buen baile, acompañados de continuos cambios de luces, hacia los tendidos entre viejos amores asistentes al jolgorio.
Los Incompletos cuyo nombre registrado en Cámara de Comercio, en honor y simpatía a las secuelas de las arduas jornadas de trabajo, marcadas por ligeras discapacidades. Se “tastasiaron”, con “Los del Cafetal”, hasta las cinco de la mañana, dónde se definió el ganador a la cara y sello.
Claro que se preguntaran? Y, quien ganó?. A decir verdad la moneda durante tres veces cayó, ñoquis. Simplemente el ganador fue el respetable público asistente qué disfrutó, hasta que canto el 🐓 a las 5.00 a.m.
A pesar que se tenía previsto personal paramédico en caso de primeros auxilios; éstos también bailaron. Al final de la presentación consultamos a Jaimito Charrupí, quien lucía una camisa de “Chalis”, comprada en Cartagena, su gorra y esclava de marinero, nos aseguró: “Todo muy bien y sin ningún punto de soldadura, para los músicos”.
Bendiciones a Los Incompletos; si luego de 15 años siguen dándole a la molienda musical. Porqué cómo aseguró, Teodorakis, “Que viva, la bebido, lo comido y lo bailado”.
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