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Por: Álvaro Miguel «El Negro» Mina.
Recordamos a Héctor Lavoe, a 32 años de su partida terrenal. Nació el con el nombre de Héctor Juan Pérez Martínez, el 30 de septiembre de 1946 , fué uno de los 8 hijos del músico Luis Pérez y Francisca Martínez, quién falleció cuando Lavoe, tenía sólo 3 años de edad.
El sueño de su progenitor de verlo convertido en un gran Saxofonista, lo llevó a matricularlo en la Escuela Juan Morel Campos, de Ponce. Ahí se encontró con otro niño prodigio, Papo Luka. Con quien descubrió qué lo suyo era cantar.
En 1986 durante una entrevista con el cronista colombiano Ernesto McCausland, del diario El Heraldo de Barranquilla. Lavoe, inmortalizó la frase:“Es Chevere ser grande, pero es más grande ser Chévere”,
Lavoe, se definía cómo una persona: Sencilla, alegre, humana y desprendida de todo, cómo lo demostró varias veces en Colombia. Un día llegó al Hotel Petecuy en Cali , y al observar durmiendo en la calle con frío a una persona, se quitó las prendas y lo arropó.
Cuando vivió en el Hotel Aristi, en las madrugadas compraba comida y les repartía a los jóvenes que dormían en el Parque Santa Rosa.
Además así se pudo comprobar en la ciudad de Cali, durante su estadía, entre noviembre de 1982 y enero de 1983. Según lo relata el escritor caleño, Alejandro Aguirre, en su libro: “71 Días, Retrato de Héctor Lavoe,en Cali”, el cual le entregó personalmente a Mangual Junior, director musical de Lavoe .
Un cheque de 15 dólares lo acercó, con Pacheco y Colón. Héctor, cuando llegó a Nueva York, no sabía el idioma y le tocó lavar platos en un restaurante. “Aquí la cosa no es fácil, cuando no sabes el idioma”, aseguró Lavoe.
Ahí, lo encontró Jhonny Pacheco, quién le cambió el cheque de 15 dólares, lo invitó a cantar con su orquesta. Estuvo dos semanas; y lo llevó contra su voluntad a trabajar con Willy Colón; según el propio Héctor, “el grupo de Colón, era muy malo. Le pedí las letras y le dije, yo voy a cambiar todo esto y lo hago cómo yo lo siento, y me dijo, hágale. El Malo, fué mi primera grabación con Willy Colón” recordaba.
Lavoe, dejó para la posteridad, cientos de piezas musicales qué lo llevaron a la categoría de leyenda, tal cómo el tema: Tumba Tumbador, grabado con la Orquesta de Tito Puente.
Según el sonero Frankie Vásquez, quién aprendió de Lavoe, en la época del Corzo y del Palladium. Lavoe utilizaba una técnica única, era iniciar sus pregones con las vocales, fué un genio. Frankie Vásquez, cantó con Fania.
Hoy no solamente queremos recordar al único hombre que respiraba debajo del agua; sino también al extinto cronista, amigo y maestro Ernesto McCausland, por haber sido testigo de la generosidad y grandeza de Héctor Lavoe, con la inmortal frase:
Héctor Lavoe, en la Discoteca, Juan Pachanga, de Larry Landa, en Juanchito, Candelaria, ensayando con la orquesta de planta entre otros los Pichirilos y Tarry, músicos caleños, durante su estadía de 71 en Cali.
El secreto que Lavoe, a la tumba, se llevó.
“Había muchas exigencias de seguridad para ir a Cuba. Se pasó lista y todo el mundo se montó en el avión. Pero cuando llegamos a La Habana, Héctor no aparecía. Nadie lo había visto en el avión. Era inexplicable. Muy extraño”. Los cubanos aclamaban a Lavoe. Desesperado, Pacheco buscó un valiente para interpretar Mi gente. Ismael Miranda me dijo, Yo me la aprendo, y esa tarde, la ensayamos”.
El público llenó la capacidad el Teatro Carlos Marx. Aquello quería estallar Seis mil personas pedían a Lavoe y a Mi gente.
“Minutos antes de arrancar el número con Ismael, paramos el show: Héctor llegó vestido para cantar. Todos quedamos mudos. Claro que se robó el espectáculo, pero el gran misterio sigue siendo cómo logró volar a La Habana”.
“Ése es mi secreto”, me decía cada vez que le preguntaba. Toda la vida me lo pregunté. Cuando estaba muriendo le pedí que me dijera.
“Pá, me llevo el secreto conmigo. Es uno de los misterios más grandes de mi vida”. (Johnny Pacheco en una entrevista para la Revista Herencia Latina).
Conocido como: “El Cantante de los Cantantes”, “El Sabio”, “El hombre que respira debajo del agua”, “El rey de la puntualidad”, “La voz”, entre otros adjetivos adjudicados por el cariño de su gente. Con Willie Colón formó el mejor dúo en la historia de la Salsa. Con Fania All Stars, el más querido y entrañable de toda la banda y cómo solista, ni se diga, le perdonaban todo.
En mayo de 1987 falleció accidentalmente de un impacto de bala si hijo Héctor JR, de 17 años de edad.
El día 26 de junio de 1988, luego qué le cancelaran el concierto en Bayamón; Héctor Lavoe, se deprimido se lanzó desde el 9 piso del Hotel Regency, del Condado de San Juan, de Puerto Rico. En el año de 1990 se le incendió su apartamento en New Jersey. Luego falleció su suegra.
El 29 de junio de 1993, luego de una vida de excesos y grandes glorias en el mundo de la música, murió a los 46 años en la ciudad de Nueva York, el salsero boricua, Héctor Lavoe, “El cantante de los cantantes”. Víctima del contagio de Inmunodeficiencia adquirida. Su esposa Puchis, murió al caer de una ventana de su apartamento en New York en el 2002.
Lavoe, fué sepultado en el Camposanto de Ponce, junto a su hijo Héctor Pérez JR. y su esposa Nilda Georgina Pérez, dónde elevamos una plegaria al creador por descanso eterno y por su obra musical. Visitando la tumba de Héctor Lavoe, en Ponce:
Diana Trejos, «Pepe» González, el médico Jairo Ortiz, Álvaro Miguel Mina, Leonardo Amu, Hugo Suárez y Gustavo García.
Las dos últimas presentaciones de Héctor Lavoe fueron el día 2 de septiembre de 1990 con la Fania All Stars en el Meadowlands Arena de Nueva Jersey. Ése día se le olvidó la canción el Cantante, todo fue muy rápido.Y finalmente una breve aparición en el club SOB’s de Nueva York en abril de 1992.












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