El pasado sábado 3 de mayo se reportó el secuestro de un niño de 11 años, en el corregimiento de Potrerito, zona rural del municipio de Jamundí, Valle del Cauca. Desde entonces, el caso ha generado indignación no solamente en el departamento, sino también en el país.
Videos difundidos dejaron en evidencia que la retención ocurrió a las 7:33 p. m. cuando unos sujetos encapuchados, quiénes vestían ropa negra, irrumpieron en una vivienda campestres de donde de manera violenta intimidan a varias mujeres y posteriormente se llevan al niño con rumbo desconocido.
Los cinco asaltantes amenazaron con armas de fuego a cuatro mujeres que estaban dentro de la cocina, pidiéndoles que les entregaran al pequeño. Es en ese mismo instante, y precisamente en esa área de la casa, sonó una ráfaga de disparos.
Ante el temor de que alguna de mujer muriera en ese momento, las afectadas corrieron del lugar buscando protección; sin embargo, una de ellas, quien portaba uniforme naranja, fue detenida y en medio de su desesperación le dijo a los encapuchados: «Estoy haciendo la comida, vea. Yo soy una empleada».
Es ahí cuando los sujetos le apuntan a la mujer y le dicen que le entreguen al menor: «Que salga el muchacho, el pelaito, dónde está el pelao, dígale que salga. No se haga matar».
A pesar de que ya estaba tarde, la cámara de vigilancia de la cocina que también apuntaba a otra área de la vivienda logró captar el momento justo en el que el pequeño de once años salió de una de las plantas inferiores de la vivienda y levantó sus manos.
«Rápido mijo. Vamos pues, vamos de una. Ponte esto»: dijo uno de los de los encapuchados mientras se llevan al menor Lyan José Hortúa Bonilla de 11 años agachado .
En paralelo a esta escabrosa situación, la mujer del servicio doméstico le suplicaba al encapuchado que no le hiciera daño: «No me haga daño, yo tengo mis hijos, no me haga daño, mire que estaba haciendo la comida. Yo solo soy una empleada».
Otra cámara de seguridad, pero en otro piso de la vivienda, permitió ver como un hombre saliendo con la cámara, que apunta a las escaleras, enfoca a dos hombres subiendo con un arma, pasamontañas y vestidos de negro, quienes supervisan los cuartos. Luego bajan rápidamente al primer piso.
La Policía Metropolitana de Cali ha conformado un grupo especial que incluye unidades del Gaula Élite y la Dirección Antisecuestro y Extorsión, al tiempo que desde la Gobernación del Valle del Cauca se ofrece una recompensa de $200 millones a quienes entreguen información que conduzca a los responsables de este plagio que ha sido repudiado por todos los sectores y estamentos de la región.
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