Por: Alvaro Miguel “El Negro” Mina.
Hoy cuando el torbellino del modernismo, los cambios planetarios, y climáticos. Además del superávit del encaje bancario diario, han llevado a la no circulación, del periódico Q’hubo, Cali, sólo atino a decir gracias. Cómo bien lo decía mi compadre, Cantinflas: ! Ahí está el detalle!.
Si, gracias, a Humberto Pava y la Coronela Pilar Hung, por la oportunidad de ingresar al apasionado mundo de la Radio. Desplazamientos qué se iniciaban en las madrugadas transportándome en el carro qué llevaba el periódico de Cali a Puerto Tejada. Para luego comprar mi primer velocipedo, una motocicleta Honda, de color blanco.
Al gran maestro, de maestros, Henry “El Enano” Holguín, por sus enseñanzas, y sus infaltables y repetidos recordatorios del segundo domingo de mayo. Qué cómo un tábano, nos obligaban a traer cuatro efectivas (noticias) en vez de una. Comprometiéndonos con el “Don” de la responsabilidad.
Al extinto Adolfo Pérez, por llevarme al mundo de la lectura: “sí no lees, no serás mi amigo”. Te lees ésto, por favor (cinco libros de Gabriel García Márquez) y porfa me das un resumen, de lo leído, en ocho días. De lo contrario no serás mi amigo.
A la Cadena Caracol Radio, por haberme permitido crear un estilo, el cuál me permitió recrearme a lo largo de 40 años de vida profesional, en medio de frías madrugadas.
Mi primer sueldo en Caracol Radio fué de 40 mil pesos mensual.
Eso sí con grandes amigos y maestros del periodismo:
Don Darío Arizmendi, Yamit Amat, Esperanza “Panchita” Rico, Samy Jalil, Leo Quintero, Darío Gómez, “El Tigre” Benítez, Juan Carlos Díaz. Herney Aldana, Fernando Hernández, José Noé Restrepo, Carlos Enrique Aristizábal y Andreita entre otros. A todos mil gracias por su pedagogía.
Cómo olvidar aquel reportaje del periódico Occidente, con la impronta del escritor y compositor musical Cheo Angulo, el 17 de Febrero de 1995. Al igual que las exaltaciones de labor en los periódicos Occidente y El País, y Telepacifico de Fabio Larrahondo y Mario Fernando ( piano ) Prado.
Enseñanzas qué nos permitieron laborar en: Caracol Radio, La «W», en Telepacifico, Canal de la Universidad del Valle, Radio Súper, IRV, Todelar, El Caleño, El País, Q»hubo, Colmundo Radio, Q’hubo Radio. y, en la Dirección de Noticias de Radio Calidad de RCN Cal.
Mención especial para el Periódico Q’hubo, desde su creación en el año 2005 y con inmenso cariño a sus directivos: Lalo Fernández De Soto, María Elvira Domínguez,y Rubén Darío Valencia, quiénes me dijeron, siéntese y escriba.
El Periódico Q’hubo, tremenda escuela, ojalá se reflexione para reactivar su circulación nuevamente en Cali
A la fecha con centenares de crónicas escritas en los periódicos Q’hubo, y La Última, a lo largo de 10 años; colegas y amigos me recomiendan escribir el libro, con las historias callejeras del «Negro Mina», recogidas ahí donde perro come perro y por un peso te liquidan; en la calle.
Reverente ante todos ustedes y la amable audiencia qué me permitió ser ganador de dos Premios Simón Bolívar, galardonado por el Congreso de la República, cinco premios Alfonzo Bonilla Aragón, exaltado cómo mejor periodista Afro 2017; medallas a la vallecaucanidad, José Gers, Raúl Echavarria Barrientos, por el honorable Concejo Municipal de Cali, entre otras.
Así cómo las del Ancianato El Refugio, y la Junta Comunal del Barrio Las Dos Aguas, y amigos, de mi pueblo natal, Puerto Tejada.
Al igual qué la satisfacción por el reconocimiento de la Embajada de los EEUU con motivo de la Afro
Claro qué lo más satisfactorio, es el reconocimiento de nuestra gente en las calles de la ciudad. Un pequeño detalle que sólo se gana, porqué jamás se podrá comprar.
Destacado por la Revista Semana, cómo generador de opinión del Suroccidente colombiano.
Y, claro contribuir a educar a mis tres hijos: Alain, Yahaira y Álvaro Miguel, todos profesionales. Gracias Padre Celestial por gozar del cariño y sonrisas de tres integrantes de la nueva generación: Tefi, Valeria y (Tito). Casado con la Administradora de Empresas María Elena Lucumi y el mayor reconocimiento: a Doña Ana y la Tía Itsmenia, me dieron la felicidad que hoy disfruto.
A todos, reitero.
«Mil gracias».
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