!Aquel 26, la historia de la Salsa en Cali, del escritor Alejandro Aguirre! El concierto de Richie Ray y Boby Cruz, en la Caseta Panamericana, que marcó la pauta.

 

Por: Alvaro Miguel “El Negro” Mina.

Así cómo el maestro Jairo Varela, desde lo lejos veía a su pueblo natal; el pianista Ricardo Ray, desde su residencia en Miami, reconoció a Cali, cómo el punto de partida de su exitosa carrera musical. Durante su cumpleaños número 80 y el lanzamiento del libro  !Aquel 26! del escritor Alejandro Aguirre.

En el marco del conversatorio en el Museo Planeta Salsa, a lo largo de dos horas y media, los panelistas, Alejandro Aguirre, Oscar Jaime Cardozo y el pianista Alfredito Linares, nos relataron el origen de la pasión por la Salsa, en Cali. Resaltando la incidencia de los marineros de la Flota Mercante, que venían a Buenaventura, ingresaban los vinilos provenientes de New York, Cuba y Puerto Rico.

La armonía de los “manitos”, Boby Cruz y Ricardo Ray, durante las diez presentaciones, consecutivas en la Caseta Panamericana, desde el 26 de diciembre de 1968, en la feria número 11 de Cali, marcaron la sonoridad, musical y salsera del bailador caleño. La mayoría de los asistentes repitieron fecha.

Así lo describe la mágica pluma del escritor, paisa con alma caleña, Alejandro Aguirre, en su más reciente libro, ! Aquel 26!

Ésa fecha y ése concierto marco, un antes y un después sobre el gusto, filiación y personalidad melódica de los amantes del género musical llamado Salsa, en la Capital del Valle.

Según el relato del escritor Alejandro Aguirre, en su libro, !Aquel 26!, la salsa deja de ser un ritmo o un género para convertirse en un movimiento; según los melómanos de la “Capital Mundial de la Salsa”, bautizada así, por el Director de las Estrellas de Fania, Jhonny Pacheco.

Melómano, (persona que siente una pasión o entusiasmo permanente por la música); es una congregación exclusiva de Colombia, pues, según Aguirre, no existe, ni en New York, Puerto Rico, Cuba, ni Lima. Por Eso mi sincero homenaje y legado al coleccionista y bailador, sostuvo el novelista.

Alejandro Aguirre, nacido en el barrio Belén de Medellín, bajo el signo tauro, estudió en Cali, en el Colegio Berchmans y obtuvo el Grado de Comunicador Social, en la Universidad Autónoma de Occidente. Ahí conoció a su querida y recordada esposa Elizabeth López, de cuya unión nacieron Joaquín hoy de 17 años y Martina de 11.

Su amor y pasión por la música le ha permitido escribir, siete libros, entre estos cuatro relacionados con el género musical:

!Nuestro Son!: una crónica de los melomanos de la Salsa en Cali.

!71 días, retrato de Héctor Lavoe, en Cali!

Las vivencias del hijo de Machuelito, durante su estadía en Capital del Valle.

!Aguzate!, dónde relata la guía y movida salsera en Cali.

!Aquel 26!, origen de la identidad salsera en Cali. A cuya presentación fueron invitados, El Periódico La Última y Alvaro Miguel «El Negro» Mina, para compartir está melódica historia.

Para Alejandro Aguirre, la salsa, no solo se debe bailar y mirar, también se debe leer.

 

 

El lanzamiento del texto de obligada consulta del bailador, tuvo lugar la tarde del pasado 13 de febrero del 2025, en la sede del Museo Planeta Salsa, del Barrio El Lido en Cali. Jornada enmarcada por la lluvia, pero a Dios gracias con taquilla alegre.

El entusiasmo de la concurrencia logró su máxima expresión  cuando el Director de la Casa Museo, Oscar Jaime Cardozo, conectó vía video, con el Señor Embajador del Piano, Ricardo Ray, quién agradeció al escritor Alejandro Aguirre, y a Cali, por el concierto de la Caseta Panamericana, el cual marcó el inicio triunfal de su vida profesional.

“La reacción a nuestra música en 1968 en Cali, fue más grande que en New York y Puerto Rico. Nadie en el mundo ama la Salsa como ustedes”. Ricardo Ray

“Nosotros veníamos de discotecas para mil personas máximo, pero en la Caseta Panamericana, no se podía entrar por la cantidad de gente. Para llegar a la tarima nos alzaron y nos pasaron por encima de la cabeza de la gente para llegar al escenario”. Bobby Cruz

El dúo salsero llegó a Cali, por recomendación del melómano y deportista olímpico, Diego Henao Uribe, a su pariente y Director de la feria número 11, Eduardo Lozano Henao.

Fueron contratados por la mitad del dinero que pedía el hijo del Palladium, el Timbalero Tito Puente, quién no tenía ningún disco de moda en Cali. El primer tema tocado en la Caseta Panamericana, que enloqueció a la concurrencia  por Richie Ray y Bobby Cruz, fue Cabo’E.

Claro qué cuando sonó Bomba Camará aseguran testigos del evento qué todo parecía una lluvia de estrellas provenientes de otro planeta.

Ocho músicos, un pianista y un cantante integraban la agrupación musical qué en 1964, lanzó al mercado el album, Ricardo Ray Arrives, con el éxito “Comejen”, escrito por Bobby Cruz.

Para la feria de Cali de 1968, la presencia de la Vedette española María Dolores Pradera, había sido promocionada cómo el espectáculo del año, lo cual fue opacado por el Show de Richie y Bobby. La ciudad tenía un censo de 800 mil personas.

Triunfar en Cali, era sinónimo de éxito, para los reyes del Boogaloo, además de entregarle el rotulo de autoridad musical a la Ciudad, cuenta el escritor en su relato de ! Aquel 26!

Algunos precios para la feria del número 11 del 26/12/68 eran:

Ingreso a la casta 10 pesos

Ingreso al Club Campestre baile de fin de año

Hombres 600 pesos, mujeres 200 pesos

Empanadas 50 pesos

Alka-Seltzer  50 pesos.

Botella de aguardiente 75 pesos

Claro que Ricardo Ray y Boby Cruz, llegaron por primera vez a Colombia, a los Carnavales de Barranquilla. Ahí lanzaron el super éxito, “Colombia’s Boogaloo”. El del pregón, “Voy pa Colombia mi hermano». Pero su paso por la Capital del Caribe, fue sin pena ni gloria.

Ufffff, claro que la huella musical de “Los Manitos”, sólo dejó su impronta diez meses después en el año de 1968, en la tradicional Feria de Cali, dónde sellaron la sonoridad y amor por la salsa, hasta nuestros días.

Los asistentes al conversatorio en la sede del Museo Planeta Salsa, obtuvieron el libro autografiado por su autor, Alejandro Aguirre.

 

Ricardo Ray y Bobby Cruz, iniciaron su vida artística desde 1963, hasta 1974 cuando se convirtieron al evangelicalismo y se dedicaron a la inclusión de temas con letras religiosas. En su momento estelar fueron conocidos cómo Los Beatles Latinos.

Para los especialistas salseros, el gran disco de Ricardo Ray y Bobby Cruz, dónde expresan su jerarquía musical fué: El Sonido Bestial, 13 trabajo grabado en Puerto Rico, en el año de 1971, en los estudios de Ochoa Recordings Studios, bajo el sello Valla Record, una filial de Fania Record. Charlie «El Pirata» Cotto, fué el encargado del sólo del timbal en el Sonido Bestial.

 

 

Ricardo Ray y Bobby Cruz, se conocieron cuando Richy, tenía 13 años y Boby Cruz, requería un bajista para su orquesta. Ingresaron a Las Estrellas de Fania en 1970, durante el concierto en el Yankee Stadium.

Musicalmente se separaron en el año 1990 y en 1999 se volvieron a juntar para seguir con sus canciones con tono religioso.

Queda claro para los amantes de la música; qué mientras en Cali, existan instituciones como el Museo Planeta Salsa, los premios Cristo Rey, liderado por la opita Sandra Rivera y el escritor Alejandro Aguirre, el pebetero de la hermandad salsera, permanecerá encendido, por la unión de los pueblos.

 

Entre los asistentes al conservatorio estuvieron: Sandra Rivera, Hermes Manyoma, Andresito Carabali, Marite Corredor, el médico Froy Niño, Jorge Alfredo Ramos, Ancizar Celis, Guillermo Aponte Bello y la esposa del Pianista Alfredito Linares.

El biógrafo de éste relato histórico, !Aquel 26!: a laborado cómo periodista en El País, El Tiempo, Semana, Revista Diners, Bocas y el semanario gringo, «Esquire».

Por ésto y más los amantes de la Salsa deben leer el libro, !Aquel 26! del escritor Alejandro Aguirre, el hijo del textilero José Aguirre y doña Amparo Alzate; nacido para contar y narrar historias musicales. Pedidos 3164186742.

Redacciòn