Por: Alvaro Miguel “El Negro” Mina.
-Con motivo del año jubilar o de la esperanza, declarado por el Sumo Pontífice Francisco, seguramente muchos penados estarán ilusionados con recobrar la libertad. Aquí le contamos el perdón a Melanio Castillo, Alias «El Diablo», en 1986.
-Jurídicamente el Catedrático Universitario, Abogado, Raimundo Tello Benítez, nos aclara los aires de Libertad.
-El año 2025 será recordado por haberle apostado a “La Esperanza”, desde la Iglesia Católica.
La primera visita de un delegado del Santo Padre a Colombia, se registró entre el 26 y 30 de enero de 1949, con motivo del Congreso Eucarístico Bolivariano. El Nuncio Apostólico, Clemente Micara, fue enviado por el Papa, Pío XII para presidir el encuentro y la inauguración del templo El Templete, en Cali, construido cuando la capital del Valle sólo contaba con 280 mil habitantes.
La construcción del centro religioso con una Área de 700 metros cuadrados, se inició el 01/05/48. La obra y sus 16 columnas, con una altura de 44.10 metros, tuvo un costo de 98 mil pesos de la época. El velo del altar de la Parroquia del Templete, costó 4.000 mil pesos y el moderno equipo de sonido 4.500 pesos.
El Nuncio Apostólico, Clemente Micara, se hospedó en la otrora Casa Consonni, del ciudadano italiano, Egidio Consonni y su esposa Beatriz Córdoba, construida por el arquitecto Francés, Ives Loran.
El modernismo permitió la demolición de ésta joya arquitectónica, para darle paso al Edificio Bosques de Juanambú en la Avenida 9 Norte de Cali.
La primera visita Papal fue la de su Santidad Pablo VI quién permaneció en el país entre el 22 y 24 de agosto de 1968. Recibido por el Presidente Carlos Lleras Restrepo, oficio la misa Campal, en el parque Simón Bolivar, de Bogotá.
Fue el primer Papa, en pisar Latinoamérica; visitó enfermos en barrio Venecia, ofició bautizos, bodas y confirmaciones. Visitó Bogotá y la población de Mosquera.
El día 01/07/86, Juan Pablo II fue recibido en Bogotá, por el Presidente Belisario Betancourt y el primer día Consagró la Virgen de Chiquinquira.
Posteriormente viajó a la Cali, y en Misa Campal en el Parque de la Caña, Consagró a la Santísima Virgen de las Mercedes.
La Capital del Valle albergó al Santo Padre Juan Pablo II el cual aterrizó en la Base Aérea Marco Fidel Suárez.
Para esa época laboraba como reportero de la Cadena Super y acompañé el desplazamiento hasta el Seminario Mayor San Pedro Apóstol en Pance.
Ahí, con el apoyo del estudiante de teología, hijo del municipio de Dagua, José González, ordenado Sacerdote en 1988 por el hoy extinto Monseñor Pedro Rubiano Sáenz; pudimos informar sobre algunos detalles del Santo Padre en su grata visita a Cali.
El Santo Padre Juan Pablo II, al finalizar sus oraciones, saludaba y se reunía con los conserjes, en el Seminario Mayor.
Al día siguiente viajó a Popayán, visitó la Catedral, afectada por el Terremoto del 13/03/83, momento en el que quedó la para posteridad con la famosa frase, «Dejen hablar al Indio», refiriéndose al indígena Andrés Camilo Chapó, del Pueblo Misak o Guambiano, quién fue interrumpido en su disertación.
El viernes 04/07/86, llegó a la población de Tumaco, a Orillas del Mar Pacífico, donde compartió alimentos con los nativos y recorrió las Calles en una camioneta Dodge Gris, de propiedad de un cerrajero, acondicionada cómo: “Papamovil”.
Karol Jozef Wojtyla, ( Juan Pablo II), escogió visitar a Tumaco, por el Terremoto y Tsunami, ocurrido a las 3:00 a.m. del 12/12/79; lo cual generó olas de más de 5 metros, qué le causaron la muerte a 460 personas y destrucción de centenares de viviendas en varias localidades de los departamentos de Nariño y Cauca, en la Costa Pacífica. El sismo tuvo una magnitud de 7.9 en la escala Richter.
El Santo Padre, igualmente llegó, a Medellín, Bucaramanga y Armero el día 06/07/86; siete meses después de la tragedia que le causó la muerte a 25 mil personas por la avalancha del Nevado del Ruiz. Oró por las víctimas de la tragedia del Volcán, y bendijo el monumento construido en el sitio de la Catástrofe, que tuvo cómo símbolo a la niña Omaira Sánchez, quien sobrevivió tres días, en medio de rocas, lodo y lava.
En Cartagena de Indias, celebró la Eucaristía en Chambacú, ante 20 mil feligreses, y Consagró la Virgen de La Candelaria. Visitó la Tumba de San Pedro Claver y durmió en la humilde cama del llamado: «Apostol de los Negros y de los Esclavos», declarado beato por el Papa Pío IX el 20/06/50, y canonizado por el Papa Santidad León XIII, en el año de 1888.
Juan Pablo II, culminó su visita en Colombia con la homilía en La Plaza de la Paz, en Barranquilla, dónde expresó: «Colombia sabe oir, cuando se debe oir, sabe cantar cuando se debe cantar, y sabe rezar cuando se debe rezar, rezar por el Papa, Adiós…»
Finalmente ésa tarde del 7 de Julio de 1986, abordó un avión de Avianca, que lo llevó a la Isla de Santa Lucia.
El Santísimo Pontífice, número 266, (Jorge Mario Bergoglio), Francisco, el primer Papa Latinoamericano, nacido en Buenos Aires, y primer integrante de la orden Jesuita, en ocupar dicha dignidad, visitó Colombia entre el 6 y el 20 de septiembre de 2017. De sus cinco hermanos sólo le sobrevivía para esa época María Elena, doce años menor que él.
El Papa Francisco, quién optó su nombre en honor a San Francisco de Asís, durante su visita en Colombia fue recibido por el presidente Juan Manuel Santos y Emmanuel, hijo de Clara Rojas, ex secuestrada de las Farc. Durante su estadía en territorio colombiano, permaneció en: Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena.
Según el relato del músico cubano, Alfredo de la Fé, a este medio de comunicación, en el Museo Planeta Salsa en Cali, el Papa, Francisco, a quien le dio un concierto de Violín en Bogotá, le intercedió para hacerle el milagro de alejarlo de las drogas, “desde ése día dejé la adicción a los estupefacientes”, afirmó.
Recordemos qué durante la visita de Juan Pablo II, el día 06/07/86, Alfredo de la Fé, vivía en Medellín, fue invitado de honor, para realizar un concierto de Violín; pero se enrumbó y sólo despertó del humo y licor, cinco días después.
«Dios, por Intermedio del Papá Francisco, me dio una segunda oportunidad, qué me sacó del infierno de las drogas», reiteró Alfredo de la Fé, al Periódico La Última y al “Negro” Mina.
Con motivo del año Jubilar, o de la Esperanza, seguramente muchos internos y penados guardan la ilusión y fe de recobrar el mayor Don de la humanidad, la libertad.
En esta oportunidad recordamos al tristemente célebre, Melanio Castillo, conocido con el Alias del “Diablo”, con 83 años, sin su pierna derecha y en muletas, lo encontramos implorando la caridad publica en las calles de Cali.
Arrepentido de su azaroso pasado judicial le confesó a este reportero que recorrió todos los penales del país hasta llegar a la Isla prisión Gorgona de dónde se fugó, siendo capturado nuevamente, pero que gracias a la visita del Papá Juan Pablo II, en el año 1986, recobró su libertad. Eduardo Muñetón y Alberto López Cleves, junto a la mascota, una perrita criolla (Jaqueline), igual escaparon con vida de la Isla Prisión Gorgonaen la Costa Pacífica Caucana.
“El Diablo”, quién al momento de abordarlo era una persona que sobrevivía gracias a la buena voluntad y caridad de la gente, mientras perdía su mirada en el infinito, recordó que a los 16 años de edad debutóp en el mundo criminal dando muerte a un agente de la policía. Fue capturado por el Ejército en un operativo en zona rural de Corinto, para liberar a un secuestrado.
Cómo si se tratara de un confesión, nos aseguró: “Yo maté a 34 personas, pero me siento arrepentido, triste y vacío”, aseguró Melanio, en medio de su lento caminar con muletas.
Con frialdad y arrepentimiento, recordó los homicidios del hermano del “Ganzo Ariza” en la Cárcel del Barne en Tunja, y del “Tuerto Pedro” en Villahermosa, dos liebres quiénes según él, lo pretendían violar.
“Nunca fuí un sicario, porque no actúe por plata, sino por defender mi honor de hombre”, sostuvo Melanio Castillo.
Con el peso de sus culpas y el paso inexorable de los años, “El Diablo», sostiene que siempre le aconsejaba a la juventud, alejarse de las drogas, respetar y escuchar a los mayores, trabajar honradamente y acoger los consejos de sus padres, para nunca salirse del camino del bien.
“Muchos creyeron que yo tenía pacto secreto con mi tocayo, el verdadero Diablo, porque lograba escapar con facilidad del peligro, especialmente las 25 veces qué fui herido a bala y puñal”, agregó sonriente el octogenario Castillo.
Todo mientras nos recordaba que había heredado de su abuelo, (Melanio), las oraciones del Justo Juez, del Duende, la de las Siete Palabras y la de la hoja de la Tunda.
Así cómo confesó sus delitos alas autoridades judiciales, dijo que desde que fue perdonado por Dios, a través del Papa, Juan Pablo II, jamás volvió a cometer alguna fechoría, agregando que por una gangrena perdió su pierna derecha.
Melanio Castillo, aseguró que el día que recobró la libertad doña Nidia Quintero de Turbay, Directora de Solidaridad por Colombia, le regaló una casa en Tumaco.
Así mismo nos dijo que lloró desconsoladamente la muerte de Diana Turbay Quintero, a quién había conocido en uina visita de ella a la Isla Prisión Gorgona.
Finalmente conocimos su fallecimiento por muerte natural en Cali, a finales del año 2010.
Hemos, consultamos al ex/fiscal Delegado ante la Corte Suprema, y docente Universitario, Abogado, Raimundo Antonio Tello Benítez, sobre, ¿la posibilidad de libertad de reclusos en Colombia, con motivo del año Jubilar o de la Esperanza?.
Nos explicó: “En tiempos actuales no existe posibilidad que ante la visita de un sumo pontífice cómo el Papa, por decisión del gobierno se concedan rebajas de penas o libertades. Estás figuras están reguladas por Leyes que se constituyen en Códigos. Las leyes las produce el Congreso de la República, artículo 150 de la Constitución, por medio de ellas se hacen los Códigos, numeral 2, y si bien el Congreso puede facultar al Presidente para producir normas con fuerza de Ley, numeral 10, éstas facultades no las puede usar para producir Códigos o reformarlos, de ahí que con un decreto del gobierno no sería posible ir más allá de lo que permiten las leyes penales. Recordemos que la religión Católica ya no es la exclusiva de la Nación, cómo por mandato constitucional lo establecía el artículo 38 de la Carta Política de 1886, sino que hoy existe la libertad de Cultos, como lo establece el artículo 19 de la Constitución Política de 1991”.
En Colombia, existen 132 cárceles, para albergar 37 mil internos y a finales del 2023 había una población carcelaria de 196 mil internos. Actualmente 101.254 en intramuros, 69.489 en domiciliaria, 22.270 en Centros Transitorios y 2.796 en entidades territoriales.
Un interno le cuesta mensualmente al Estado entre seis y diez millones de pesos. La alimentación diaria (El Loco), desayuno, almuerzo, refrigerio y cena, tiene un costo diario de 16.626 pesos por cada uno.
Éste 2025 es el año de la ( Esperanza) de libertad, de centenares de penados y reclusos en Colombia, gracias al año jubilar decretado por el Papa Francisco, pero dura y clara es la Ley.
Al momento de escribir ésta reseña no hay estadísticas oficiales, de cuántos internos han recobrado la libertad, con motivo de las visitas de los jerarcas de la Iglesia Católica a Colombia.














Debe estar conectado para enviar un comentario.