El expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter falleció este domingo, 29 de diciembre, a sus 100 años.

ARCHIVO – El expresidente Jimmy Carter saluda a los asistentes al salir del funeral de su esposa, la exprimera dama Rosalynn Carter, en la Iglesia Bautista Maranatha en Plains, Georgia, el 29 de noviembre de 2023. (AP Foto/Alex Brandon, Pool, Archivo)

El presidente de EE.UU. que nunca involucró a su país en una guerra y le devolvió a Panamá la soberanía del Canal Jimmy Carter ha fallecido a  sus 100 años de edad.Su llegada a la Casa Blanca sorprendió a su propia familia. Cambió la relación de Washington con América Latina.

Y en su país muchos piensan que fue mejor expresidente que presidente. Jimmy Carter, el exmandatario más longevo de Estados Unidos tuvo una  vida  que resultó paradójica en varios sentidos.

De ella destacó mucho más allá que sus años como 39º presidente de EE.UU. Fue entre 1977 y 1981, tiempos difíciles de Guerra Fría en los que evitó entrar en conflictos militares ante desafíos internacionales e impulsó un crucial acuerdo de paz en Medio Oriente.

Había llegado al cargo como un hombre sencillo y honesto en un país sacudido por el escándalo Watergate, pero problemas domésticos y una crisis de rehenes en Irán lo debilitaron en solo un mandato: fue el primer presidente de EE.UU. en perder una reelección desde Herbert Hoover en 1933.

Sin embargo, tras ser vencido por Ronald Reagan en 1980, Carter regresó al pueblo en el que había crecido y mantuvo una gran proyección internacional enfocado en temas de derechos humanos, igualdad y protección ambiental, lo que le valió galardones como el Premio Nobel de la Paz en 2002.

Su resiliencia fue llamativa hasta el final, después de superar un cáncer y perder en noviembre de 2023 a su esposa de toda la vida, Rosalynn, quien estaba en cuidados paliativos como él, algo que generó reflexiones sobre este tipo de servicios al final de la vida.

James Earl Carter Jr nació en 1924 en Plains, Georgia, el «sur profundo de Estados Unidos», durante una época de férrea segregación racial en la que su familia era la única blanca en un vecindario negro.

Ingresó a la prestigiosa Academia Naval de Annapolis, Maryland, de donde se graduó como alférez y luego fue ascendido a teniente en primer grado. Pero en lugar de seguir en la Marina, dedicó gran parte de su juventud a reconstruir la producción de la granja de maní que había heredado de su padre, la cual era apenas rentable tras el pago de deudas y la división de bienes.

Residió con su esposa Rosalynn y sus tres hijos en una vivienda subsidiada para pobres. Fue un cristiano devoto, «renacido» confeso que dedicaba sus domingos a enseñar la Biblia en su congregación bautista.

Pero era políticamente progresista, en algunos casos hasta un límite para su generación, y se volvió tal vez lo más cercano a un presidente de izquierda que tuviera EE.UU. Su cara afable, amplia sonrisa espontánea y acento sureño pudieron haber proyectado una imagen de inocencia, pero Carter era hábil en la competencia electoral.

En la década de 1970, asumió en su campaña para gobernador de Georgia una postura conservadora frente a la segregación porque sabía que de otra manera sería difícil que lo eligieran.

Sin embargo, ya en la gobernación se declaró a favor de los derechos civiles e implementó medidas en contra de la segregación racial.

Desde la plataforma del gobierno de Georgia, Carter decidió buscar la nominación del Partido Demócrata a la presidencia de EE.UU., un movimiento que pocos esperaban incluso entre su familia.

Jimmy Carter asumió el poder en enero de 1977, tras haber derrotado en una apretada contienda al presidente y candidato republicano Gerald Ford, quien arrastraba el lastre del escándalo Watergate de su antecesor Richard Nixon.

Una vez en la Casa Blanca, demostró que su profunda fe no tenía nada que ver con la tradicional derecha religiosa, sino con posturas muy liberales.

Entre otras cosas, Carter nombró a más negros y latinos en su gabinete que todos sus antecesores, emitió una orden ejecutiva otorgando amnistía a los evasores de la conscripción para la guerra en Vietnam y empezó a alertar sobre los peligros del calentamiento global décadas antes de que esos conceptos se volvieran populares.

Entrega del Canal de Panamá

En el ámbito de las relaciones exteriores, firmó un tratado de reducción de armas nucleares con la entonces Unión Soviética, logró la paz entre Israel y Egipto con el acuerdo de Camp David y devolvió el Canal de Panamá a ese país centroamericano.

El control del canal por parte de EE.UU., más la zona que lo enmarcaba y que era considerada territorio estadounidense dentro de un país soberano, era una de las fuentes más profundas de irritación de la región contra Washington.

La iniciativa de Carter para lograr la firma de los Tratados del Canal de Panamá fue muy peleada en el Congreso, donde necesitaba dos tercios del voto.

Tras una muy estrecha victoria, el entonces mandatario pudo dar inicio al desarrollo de una nueva relación con sus vecinos continentales.

Sin embargo, el envío de tropas cubanas a Etiopía y otros países africanos que atravesaban guerras civiles y revoluciones hizo que Washington pusiera freno a esa posibilidad.

Aun así, el presidente estableció la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana, donde hubo presencia de diplomáticos estadounidenses en Cuba hasta la reapertura de una embajada en la isla en 2016.

Esa política exterior le dio a Carter una reputación sólida en América Latina comparado con otros presidentes de EE.UU.

En 1982 fundó con su esposa Rosalynn el Centro Carter, con el propósito de «combatir la enfermedad, hambre, pobreza, opresión y conflicto» a nivel global.

Con el centro viajó por el mundo llevando programas de salud para frenar el contagio de enfermedades en más de una decena de países en África y América.

 

Redacciòn