“Desde la cárcel te escribo, querida madre del alma”. El lamento del penal en Cuba, hecho canción.

Por: Alvaro Miguel “El Negro” Mina.

El estremecedor relato de un integrante de la Juventud Católica, encarcelado injustamente en Cuba. Por asuntos religiosos, dónde le contaba a su madre la dura realidad del penal. Sirvió de inspiración al maestro Roberto Torres, para cantar uno de sus temas emblemáticos. “Para que aprendas”.

Así lo reveló el maestro Roberto Torres, en medio de la tristeza y el dolor ajeno, en diálogo con la Tertulia Salsera.

“Desde la cárcel te escribo querida madre de alma. Sin tí yo no tengo calma…En ésta sombra en qué vivo”. Así empezaba la misiva escrita con el alma, en una noche de desvelo, de un penado, a su progenitora exiliada en Brooklyn, EE.UU.

Su primo, Juan Antonio Mestre, con su mano temblorosa, le entregó la petrea, y férrea realidad, de los presos en Cuba, a Roberto Torres. “Ésto no es un poema, ni una ideología; ésta reseña, es una triste verdad; ésto es una Guajira”, le replicó el hijo de Guines, en Matanzas; quién abandonó la Isla en 1959, luego del triunfo de la revolución. Haz la guajira!...fué la fría respuesta del atribulado pariente; al “Caminante”; quién secaba sus lágrimas, por el triste relato, mientras tarareaba. “Para qué entienda el error de la condena qué llevo. La libertad es lo primero que tiene el hombre en la vida”.

Torres, con su sólida experiencia, de haber creado en compañía de Eddy Zervigon, la Orquesta  Broodwuay. Participando, durante tres años en los coros de la Sonora Matancera. Y, ser el fundador de la Charanga Vallenata; comenzó los pregones del tema.

“Las penas las, sobrevivo por ésa fuerza qué muevo. Es la oración qué hoy elevo al supremo redentor”.…En un momento de inspiración, llegamos al estudio de grabación, sin arreglo alguno, de la canción; le ordené al pianista, Oscar Hernández, comienza en tono de Guajira, y ahí vamos entrando.

Después del sólo de trompeta de “Chocolate” Armenteros, entre cantando con el alma y sentimiento, ésta tragedia, originada por una creencia religiosa.

«Es una luz encendida que brilla en cada lucero. Es la distancia del cielo… Desde la cárcel te escribo, querida madre del alma”. Al finalizar, “Chocolate” me abrazó y le dijo:  “Te la comiste”. «Yo, no me he comido nada, nos la comimos todos; por qué este tema no tiene arreglos”.

“Para el año de 1979, creé el sello musical “Sar»; ahí le hicimos el arreglo, pero a mí me gustó más la primera versión, porqué simplemente lo hicimos con el alma”, dijo: Roberto Torres.

Los asistentes al concierto realizado, en Medellín, en el 2015, con sus gritos, lágrimas, alegrías y jolgorio, fueron testigos del sentimiento musical con qué el maestro, Roberto Torres, en tono de Guajira, nos recordó ésa dolorosa historia, escrita desde un penal en Cuba. Además del sólo de piano, del maestro, Oscar Hernández.

Roberto Torres, fue acompañado por la Orquesta, La República, integrada por talentosos músicos paisas, dirigidos por el pianista, “Juancho” Valencia; recordó el cantante, Charly Andrade, en diálogo con el Periódico la Última, y “El Negro” Mina, desde la ciudad de la eterna primavera.

La sonoridad en la trompeta, estuvo a cargo de la Holandesa, con alma paisa, Maite Hontele. Los coros de: Diego King, Juanda Grajales, con La Güira; y Jairo Andrade, hijo del narrador deportivo; “Paché” Andrade, quien fuera corista del “Jefe” Daniel Santos.

Así mismo estuvieron: Juvinao, en el Bajo; Donovan Mosquera, en bongo, y campana. Al igual que los trombonistas: Juan Pablo Valencia, el maestro Ariza, y Leo Morales.

El maestro Roberto Torres, reside en Miami, y a sus 84 años, en una tertulia con amigos, entre éstos, el portal:“Discosdesalsa”, interpretó su otro éxito, el Caballo Viejo, del escritor venezolano, el extinto Simón Díaz.

“Para que aprendas”, el disco que nunca tuvo arreglo musical, grabado en 1979 por el sello Sar“Solitario en el olvido donde nadie a mí me entiende. Aquí en la cárcel se aprende lo que es pan lo que es abrigo, lo que es tener un amigo cuando nos falla la suerte. La cárcel es como la muerte y por eso la maldigo…”

“Para qué aprendas, es una triste realidad, desde una prisión cubana, qué me golpea mucho, cada vez qué lo interpreto”, finalizó diciendo, el «Caminante», Roberto Torres.

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