La chica nómada está en Cali. Recorre en moto, desde la Patagonia, hasta Alaska; en compañía de “Uma”, una perrita callejera.

 

Por: Alvaro Miguel “El Negro” Mina.

 

Valeria Nuñez Quevedo, una rubia argentina, hoy vive los sueños de su vida, recorriendo el continente americano, en moto. Este viaje lo realiza en compañía de “Uma”, una canina callejera, qué recogió hace 8 años.

Nacida bajo el signo Tauro, un 12 de marzo, hace 33 años, en San Rafael, provincia de Mendoza, en el hogar de Edgardo Nuñez y Sonia Quevedo, donde compartió su niñez junto a su hermano Lucas.

Luego de haber adelantado estudios en varias disciplinas cómo: el derecho, ciencias económicas, administración de negocios y nutrición; sin lograr terminarlos, decidió qué su vida, y pasión, eran las motos, la aventura, la libertad, y recorrer el mundo.

Hace cuatro años adquirió una moto de 250 Cc, la cuál disfrutó 10 días, luego adquirió una de 500 Cc y finalmente compró una Tiger, con la cuál inició su periplo desde la Patagonia, con el anhelo de llegar hasta Alaska.

Su primer episodio la llevó en un recorrido, desde la calle Avellaneda, la Catedral de San Rafael Arcángel, las orillas del Río Diamante, y los viñedos del Malbec, en La Provincia de Mendoza, hasta la Patagónica, Argentina.

Valeria, quién asegura, qué “tener hijos por ahora, no es una prioridad, ni siquiera una opción”, el 27/12/23, comenzó su periplo por el territorio argentino, hasta llegar a la triple frontera: Argentina, Brasil y Paraguay.

“La chica  Nómada”, cómo ella misma se califica, es vegetariana; y mientras acariciaba el pelaje de su inseparable amor; “Uma”, elevó la vista al cielo y con nostalgia, evocó los gratos recuerdos de su primera mascota, “Daysi”, una perra Ovejejera Belga, con la cuál compartió 15 años.

Lanzando sus deseos en sentido contrario al viento, partió hacia territorio boliviano, hasta Santacruz de la Sierra, y la Paz. Con una leve sonrisa de exitosa viajera, recordó su tránsito por el demoledor trayecto, rocoso, y destapado, “camino de la muerte”, entre La Paz y Coroico.

El itinerario de felicidad de Valeria, quién asegura, qué: “la vida en pareja, no es algo fundamental, ni necesario en su vida”; la llevó a recorrer el Perú, durante mes y medio.

Agradecida por tantas bendiciones en el camino, su ruta continúo por la república del Ecuador, qué la llevó, a la bella Costa de Salinas, la mitad del mundo, disfrutó de sus aguas termales, y el volcán de Cotopaxi, en Quito. Ahí sufrió un accidente de tránsito, cuando practicaba enduro, fracturando la muñeca de su mano derecha, fue intervenida, y permaneció cuatro meses, en la tierra de Olimpo Cárdenas y Julio Jaramillo.

Gracias a Dios, con mi familia, tengo un diálogo permanente, y mi madre, Sonia, con sus bendiciones, me protege en el camino.

Esta agraciada joven, de ojos verde esmeralda, pelo rubio, tez blanca, y de expresiones amables; le confesó al periódico La Última, qué: “Cuando se aprende a ser feliz sólo, la compañía es una elección, no una necesidad”.

El día 05/11/24, ingresó legalmente a territorio colombiano, por la frontera de Rumichaca, e Ipiales.

“Aprender a viajar, es aprender a ver la vida de otra manera; sin apegarse a nada, ni a nadie”, reitera Valeria, en medio de una cautivadora sonrisa.

Luego de un  refrescante baño, en compañía de “Uma”, en una cascada cerca a Popayán, y un recorrido de 12 horas llegó a Cali, dónde disfruta del cariño, de simpatizantes, y admiradores de ésta dulce aventura.

Fue hospedada en el norte de la ciudad, donde compartió con los anfitriones, Sandra y Fabián, sus dos pasiones, el amor por las motos, y las mascotas.

En diálogo con el periódico La Última y “El Negro” Mina, señaló: “prefiero morir viviendo la vida de mis sueños; qué vivir una vida, sin felicidad”.

Consultada sobre la fecha de regreso a su pueblo natal, tranquilamente respondió: “ni idea, sólo aspiro a llegar a Alaska, con mi amiga “Uma”, quién se volvió experta viajando en moto”.

Reitera, qué sus ahorros, alguna publicidad, apoyo familiar, rifas, venta de stiquets, charlas en vivo contando sus experiencias, alojamientos gratis, y la buena voluntad de la gente, son el pebetero que iluminan los deseos, de llegar hasta Alaska. Por todo esto se espera su comunicación y apoyo económico a sus redes sociales, Valeria Nuñez, ( unachicanómada). Vale resaltar el reiterado apoyo de Clubes de motociclistas en varios países.

Valeria Nuñez Quevedo, hincha del Boca Junior, disfruta de los paisajes, las delicatessen de la cocina vallecaucana, y la amistad del pueblo caleño, en Colombia, encabezado por la querida, Sory Con, y su esposo Jorge García. Ahí en Moto Servicio Asturias, le han brindado la asesoría y mantenimiento de su otro amor; la niña “Tiger”de 800 Cc, la moto en la cual recorre el continente americano, junto a su inseparable “Uma”.

De Cali, emprenderá camino hasta la Costa Norte, para embarcarse hacia el Istmo de Panamá.

Y, tomar carretera, hasta la frontera con los EEUU; solicitar su ingreso al país del Tío Sam. Para poder llegar a la zona de frontera en los Grandes Lagos: Superior, Míchigan, Hurón, Erie y Ontario— situados en límites entre los Estados Unidos y Canadá.

A fin de iniciar el tramo final de 4.782 kilometros,  en compañia de su fiel “Uma”; hasta Alaska, uno de los 50 Estados de Estados Unidos de América. Cuya capital es Juneau y su ciudad más poblada es Anchorage, de 290 mil habitantes. Con una temperatura de  -2 grados hasta 17 grados centígrados. En verano la temporada de mayor calor alcanza 20 Gc.

Claro qué según el diálogo entre, Valeria Nuñez, “La  Chica Nómada”, y  “El Negro” Mina, culminado éste anhelo, seguirá, Dios mediante, a  recorrer el continente Europeo.

Redacciòn