Amor y Salsa, con altura.Felicidad sin límites.

 

Por: Alvaro Miguel El “Negro” Mina.

El Abogado, «Hugo Barco López», se considera una persona, perfumada y afortunada, especialmente en el amor y en el arte de bailar.

De acuerdo a su «Vademécum», hasta el momento, «ningún querer se le ha ido vivo a los corrales», luego de sus fugaces y encendidas  pretensiones; incluso muchas de éstas de la alta y estilizada «Farándula Nacional».

Asegura tener los cinco poderes de la provincia de «Santa Clara» y «Shango»:»Familia, fortuna, educación, figura y bailarin».

Réplica qué, el éxito del hombre enamorado, está en saber:  «cocinar»; saber «Inglés», «caminar»; tener «buena loción»; «billetera, correa y zapatos de marca«; «dominar todo tipo de baile», especialmente el bolero y algo muy «imperterrito»; tener comunicación directa, las 24 horas con el eximio amigo; «El Cajero Electrónico» o en su defecto tener diálogo directo con el compadre, «Nequi».

Su vida en la rumba cuenta, el Dr. Barco; comenzó a muy baja estatura; «excusas»; muy joven; en «La Sombrita de Miguel», «Le Privé», dónde «Blanca Barón», «Épsilon», «La 20», donde «Nina»; en la primera donde «Juaco», «Dr Amor», «Flórez Frescas» y «El Compadrito», en la calle quinta.

Inolvidable, igualmente nuestro encuentro y charla sobre música, con mi amiguito, «Héctor Lavoe», en un exclusivo salón del «Coche Rojo», frente al cenadero, «El Bochinche» en, Cali, recuerda el Dr Barco.

Por ésto y algunas cositas más; orgullosamente, reposan en sus archivos, justos reconocimientos cómo: «cliente estelar» «enamorado»,»aromatizado»,»buen chupador»,  «consumado bailarín» y «excelso economista».

Recordó con orgullo sus dotes de «Chalán y buen Jinete», en las cabalgatas, por el «Viejo Caldas», en compañía de su extinto hermano, el líder político, «Víctor Renán Barco López».

Hoy por motivo de fuerza mayor  disfruta su vida en los cuarteles de invierno, gozando de su jubilación, con remedios caseros; y en  el Club  Royal, de la tradicional calle 5 de Cali. Ahí con un selecto grupo de «Jubilados», ‘profesionales»  y personajes qué añoran los tiempos de Juventud. Es decir, cuando se «amarraban los perros con longaniza» y se podía dejar la cédula en «fideicomiso», por pequeñas cuentas producto, de «glamurosas faenas afectivas».

«Gracias a mis títulos en «Derecho Penal», y «Tributario», «Contaduría», y unos buenos «Chelines»; siempre he tenido el «peralto», necesario para ser feliz y salir al ruedo sin importar la ganadería, de donde provengan los «astados».

Aseguran, los expertos en el arte «Cuchares», qué: «entre más bravo sea el Toro, mejor es la Corrida».

«Cómo olvidar las noches de tablados,en Sevilla, a orillas del «Guadalquirir», cerca al Puente de Triana».

Éso réplica, el Dr. «Huguito», mientras se frota las manos con una balsámica a base de «Viril de Cusumbo», proveniente de la selva amazónica, qué lo convierte en un «Novillo», durante sus furtivas citas con «Cupido», las cuáles terminan generalmente en prolongó de tiempo extra, hasta salir a hombros, cómo en los «alberos, de las Ventas, en Madrid y La Real Maestranza, en Sevilla».

Gratos recuerdos tengo de «Huguito», cómo cariñosamente lo llamábamos en el colegio gimnasio de occidente y La «USC», con» Carlos Hernández, Carlos García. Diego Blum y el amigo Charrupi», evocó uno de sus compañeros de clases.

Por éstos días, con orgullo y un poco de nostalgia añora las palabras del «Libertador Simón  Bolívar y  Caro»«Al brillar un relámpago nacemos, y aún dura su fulgor cuando morimos».

«La gloria y el amor, tras qué corremos, sombras son de un amor qué perseguimos, despertar es morir». Puntualizó, «Huguito», quién asegura, tener un corazón más amplio qué una «bata de baño», y el secreto del buen amante, proveniente de la «Pachá Mamá» y de la «Calle del Zurdo Cruz Medina», dónde «Perro come Perro y por un peso te matan».

Claro qué para mantener la mente y el primo en pleno combate, te debes leer un libro por semana, buen ejercicio y un trago de balsámica en las mañanas, dice el amigo del «Dr Amor»; «Blessings and congratulations To the lawyer and brother, Hugo Barco López»

Redacciòn