Este martes en la tarde, Javier Soto Velasco, un destacado empresario del sector inmobiliario, fue asesinado en un ataque sicarial mientras se encontraba en el andén exterior de su negocio, Soto Inmobiliaria, ubicado en la Carrera 33A con Calle 24 del barrio Alvernia.
El crimen se produjo cuando hombres armados, que se desplazaban en una motocicleta, se acercaron a la víctima y le dispararon en varias ocasiones.
El ataque contra Soto Velasco de 71 años de edad fue ejecutado con rapidez y precisión. Según testigos, los agresores llegaron en una motocicleta y, sin mediar palabra, abrieron fuego contra el reconocido empresario, quien no tuvo oportunidad de defenderse.
La motocicleta de los atacantes, que terminó volcada en el suelo, se convirtió en un símbolo de la violencia desmedida que afecta esta ciudad y a la región.
A pesar de la pronta llegada de una ambulancia que trasladó a Soto Velasco a un centro asistencial, la gravedad de las heridas provocó su fallecimiento en pocas horas.
Desde varios sectores de opinión se destacó su liderazgo empresarial en esta ciudad le permitió hacer parte de la junta directiva de la Cámara de Comercio de Tuluá, como miembro principal elegido por los empresarios para el período comprendido entre el 1 de julio de 2008 y el 30 de junio de 2010, además de haber sido socio fundador de la Lonja de Propiedad Raíz de Tuluá, miembro de la junta directiva de Comfamiliar Tuluá, Incentiva, Empresas Municipales, asesor y miembro de la junta de Administración del Centro Comercial Tuluá y miembro de la Junta Directiva de Fenalco capitulo Tuluá durante varios periodos, entre otros.
En el mismo incidente, una mujer resultó herida. Se trata de Diana María Rojas de 44 años, una comerciante y excandidata al Concejo de Tuluá. Aunque inicialmente su estado fue reportado como crítico, los últimos informes indican que se encuentra estable y fuera de peligro.
La violencia en Tuluá ha suscitado preocupación entre los ciudadanos y las autoridades locales. La presencia de poderosas bandas criminales, como La Inmaculada, ha intensificado los problemas de seguridad en el municipio, contribuyendo a una sensación generalizada de inseguridad y la impotencia de las autoridades que no han podido con todas sus capacidades garantizar la vida de numerosos habitantes que han muerto por esta banda delincuencial que controla toda la ciudad, a pesar de que no se ha confirmado una relación directa entre este ataque y las bandas criminales, la situación de orden público sigue siendo una preocupación constante.
Las autoridades policiales y judiciales están realizando las investigaciones pertinentes para esclarecer el móvil del crimen y dar con los responsables, mientras la comunidad demanda medidas más efectivas para garantizar la seguridad y prevenir futuros ataques sicariales.
El asesinato de Javier Soto Velasco no solo deja una marca en el sector inmobiliario, sino también en el tejido social de Tuluá, donde se ha expresado un sentimiento generalizado de tristeza y preocupación por el creciente clima de violencia e inseguridad en esta región Vallecuacana.
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