Ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas ONU, en Nueva York el presidente de los colombianos Gustavo Francisco Petro Urrego señaló que ocho años después, de haberse firmado el Acuerdo de Paz entre el Estado bajo el gobierno del Ex presidente y premio Nobel de Paz Juan Manuel Santos y el movimiento guerrillero más antiguo del mundo FARC, no se ha podio implementar adecuadamente para que tenga un desarrollo exitoso.
Petro Urrego reveló que quiere impulsar en el Congreso un fast track: un mecanismo excepcional que permitirá reducir a la mitad los tiempos para tramitar las reformas legales y constitucionales que permita honrar el acuerdo con el otrora grupo insurgente desmovilizado.
“Un procedimiento de fast track nos llevaría a reducir los plazos del tiempo para cumplir con efectividad el acuerdo de paz firmado. Lo vamos a presentar a la sociedad colombiana y al Congreso, pero quisiéramos dejarlo aquí refrendado ante ustedes”, dijo el jefe de Estado.
Para ello, advirtió Petro se necesita contar con la oposición, es decir, llevar a cabo ese acuerdo nacional para el que acaba de incluir en su Gobierno a Juan Fernando Cristo Bustos, un habilidoso político veterano cercano a Santos que se mueve como “pez en el agua” con la tradicional clase política.
“El Acuerdo de Paz no produjo un Acuerdo Nacional. No fue posible hacer el pacto nacional del que habla (el Acuerdo de 2016) y que se ha colocado ante ustedes como una Declaración Unilateral de Estado, que es un compromiso de Colombia ante la humanidad», expresó Petro.
Antes de Petro, intervino Carlos Ruiz Massieu, representante especial del secretario general de la ONU en Colombia. Dijo, nada más empezar, que la paz total del presidente -la idea de negociar con todos los grupos armados a la vez- era “una respuesta realista” a los crecientes problemas de violencia.
Quiso felicitar a Petro por intentar la reforma agraria, pero le dejó claro también que la credibilidad del proceso pactado residente “en la aplicación con éxito de las 33.000 propuestas de las comunidades”. Contó que después de la firma con las extintas Farc hubo una reducción de la violencia, pero que ante la falta de la presencia del Estado en los territorios comenzó “la expansión paulatina de otros grupos armados, una expansión que se robustece hasta hoy”.
Petro en su intervención ante el Consejo de Seguridad de la ONU dijo además que le gustaría excarcelar a los 35.000 campesinos en prisión por plantar hojas de coca, “un vegetal”. Encerrados, encima, en “condiciones brutales de hacinamiento y violación de los derechos humanos”.
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