General golpista de Bolivia asegura que fue un montaje orquestado por el Presidente para mejorar su popularidad.

 

El exjefe del ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga, quien lideró un supuesto intento de golpe de Estado este miércoles fue detenido, señaló que su actuación se debió a un “montaje” sugerido  por el propio presidente Luis Arce.

Arce, de 60 años y en el poder desde 2020, estuvo este miércoles 26 de junio bajo el asedio de militares con tanques que trataron de irrumpir en el palacio presidencial, donde se encontraba el mandatario cuando estalló la sublevación.

Incluso, uno de los carros de combate intentó derribar la puerta, por donde luego ingresó caminando el general Juan José Zúñiga, cabecilla del fallido movimiento.

Las tropas sublevadas se apostaron frente a la sede de gobierno, en pleno centro de La Paz, antes de replegarse.

Zúñiga también abandonó el lugar, tras lo cual fue detenido y presentado en un cuartel de la policía, junto al comandante general de la Armada Boliviana (Marina), el vicealmirante Juan Arnez Salvador.

Después de varias horas se apaciguó el temporal, con el retorno de los uniformados a sus cuarteles y la detención de los dos altos mandos castrenses.

Incluso, uno de los carros de combate intentó derribar la puerta, por donde luego ingresó caminando el general Juan José Zúñiga, cabecilla del frustrado golpe de Estado para sostener  una  discusión  con el presidente Luis Arce y retirse.

El mismo militar reveló poco antes de ser conducido a una celda policial que el movimiento de militares fue acordado con el gobernante Arce el pasado día domingo, pues -dijo- él le propuso “preparar algo para levantar su popularidad” en medio de una situación “jodida” en el país, sin dar más detalles.

Esta  versión fue  desmentida por el gobierno Boliviano el cual recibió  el  apoyo de  los principales  mandatarios de la  comunidad Latinoamericana.

El incidente de los uniformados, que no se repetía en más de 20 año de vida democrática, se registra en medio de turbulencias en la economía, por la escasez de dólares que provoca reclamos en el comercio importador y de combustibles que enfada a sindicatos de transporte de carga

Redacciòn