El atleta, boxeador, beisbolista y fontanero, que triunfó en la Tarima de la Salsa.

Por: Alvaro Miguel «El Negro» Mina.

Ése es, Luis Guillermo Texidor Ortiz, «Luigi Texidor», nacido en la Colonia de Caña o mejor en el Ingenio Azucarero, «Aguirre», en zona de La Florida de Santa Isabel, Costa Sur de La Isla de Borinquen, un 20 de Enero de 1935.

Sé inició como Bongocero en la orquesta Caribbean Kids, en el negocio conocido como «El Yate», en la zona de Playa y en las fiestas patronales de Santa Isabel, su pueblo natal en Puerto Rico.

Su primera aparición en el escenario fué en el género de la Guaracha y el Guaguancó, en ésa época admiraba al Benny More, a quién no conoció personalmente; pero sí pudo grabar con Tito Puente,  el Son Montuno Santa Isabel de las Lajas.

Un día no asistió, Edy Correa, el cantante principal de la Orquesta Caribbean, y  el trompetista Mario Ortiz, le manifestó al director, Demetrio Rodríguez, no hay problema; Texidor, canta y de inmediato saltó del Bongo al micrófono principal, dejando la percusión en segundo plano, un día domingo del año de 1952 a orillas del Mar Caribe.

Luego de trasegar con su canto y afinar el oído el maestro Texidor, se encontraba en casa reposando y revisando el pentagrama musical, cuando el propio, Don «Kike Luka», lo notificó de la invitación a un ensayo en Ponce y le entregó un cassette con la música de la más sureña, la Sonora Ponceña, en el año de 1963. De inmediato sin pensarlo dos veces, el Sonero, suspiró y exclamó «adónde es la cita».

Acto seguido con su camisa de Chalís, sus ilusiones, la  satisfacción  de su capacidad  atlética de recorrer en 10.5, los cien metros planos y su recuerdo perfumado de haber pagado servicio militar cómo agregado de EEUU en Alemania en el año de 1954, dónde se conoció con Elvis Presley; tomó el servicio de transporte: «Pon», «Ray», «Chompi», el común arrastre o movilidad a dedo.

En tan sólo media hora de recorrido se dedicó a tararear de nuevo el repertorio de la Ponceña, qué le había entregado Don «Kike», para evitar olvidos o sorpresas en la tarima.

Para suavizar los nervios se dio una vuelta por el parque de bombas en Ponce y recordó las sabias  palabras de su señora madre doña Victoria Ortiz, cuando le inculcaba desde niño: «Hijo recuerda sí quieres triunfar en la vida, siempre haga el bien; eso te da tranquilidad y sabiduría».

Al llegar al sitio de ensayo ya se había memorizado los temas de música cubana y de la Sonora de Don «Kike» Lucca, dónde cantó 15 temas demostrando qué había llegado para quedarse.

A Dios gracias, por el bien de la salsa, ése día, inició su paso triunfal por la más sureña, La Sonora Ponceña; durante 14 exitosos años.

Su primera grabación con la más sureña, fue en el LP «Hachero Para Un Palo» en 1969; en 1970 su voz se inmortalizó al grabar uno de los temas más sonados  en la música Salsa y de La Sonora Ponceña, letra del maestro cubano Arcenio Rodríguez; «Fuego en el 23».

Ahí elevó sus alas para quedarse en el corazón de los amantes de éste género musical y en el año 1971, vestidos de «Frac», y con el pantalón  arremangado a orillas del Océano Atlántico, los integrantes de la Ponceña, grabaron el formidable tema: «Todo el mundo escucha», tremendo éxito, uno de los más sonados.

Éste cantante con alma de compositor ha escrito unos 30 temas entre éstos:

La Montaña del oso, Changuiri, La Pobreza y Yo, Paño de Lágrimas, Quién Trabajará, Lloré y reí, Una Mujer Especial y al Pan Pan y al Vino Vino.

El compositor boricua Francisco Alvarado, conocido cariñosamente como, «Chalinas» ; en su honor le escribió el tema «Naci Moreno», él cual popularizó con su melodioso cantar.

Éste veterano Sonero realizó nueve LP con la Sonora Ponceña y cuatro cómo solista, conocedor y admirador de los grandes de la música.

Además de haber grabado con El Bobby Valentín, Lebron’s Brother, Tito Puente y con Las Estrellas de Fania, trabajó durante dos años, no grabó pero cantaba siempre en tarima, «Nací Moreno» y el  «Tema de una Flor».

A sus 89 años de edad, cuando ha renunciado a algunos placeres mundanos; menos a seguir cantando, recuerda con amor, placer y eterno cariño, a sus 14 hijos, 24 nietos, 15 bisnietos y 1 tataranieto.

El maestro Texidor, sigue tan campante cómo el escocés aquél, de tarima en tarima, recorriendo ocho millas semanalmente para nunca olvidar su bella época de oro en el atletismo Americano.

Con Texidor, un primoroso del canto y del soneo  compartimos, en casa del melómano, Henry Bermúdez, la alegría de haber sido galardonado en los premios Cristo Rey  en Cali, Colombia, liderados por la «Opita», Doña Sandra Rivera.

Y, fué precisamente su noble y exquisita, historia musical la qué nos permitió escribir en vivo está reseña, la cuál compartimos con el mundo salsero, de la cual esperamos su concepto.

Nos acompañó además su representante y promotor artístico, Víctor Escobar de «Vimer producciones».

Claro qué el maestro, Luigi Texidor, a ésta hora del camino, tiene una vigorosa  recomendación, para lograr el elíxir de vivir en armonía:

«Vida sana, mucho ejercicio  y, cero, cero, pero cero, sexo»; dice él, hoy a sus  días; al tiempo qué añora su paso por el Ejército Americano, en la época en qué se podía disparar en ráfaga y no cómo hoy tiro a tiro.

Luigi no solo es excelente cantante, músico y corista, también ha hecho las veces de compositor, así lo comprueban las creaciones de su autoría grabadas por La Sonora Ponceña, Orquesta Criolla, Orquesta La Terrífica, El Combo Del Ayer, Fania All Stars y Puerto Rico All Stars.

 

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