Gobierno y el ELN cierran el primer punto de su agenda de paz con la firma de un modelo de participación de la sociedad

 

Las delegaciones de paz del Gobierno de Colombia y de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) firmaron este sábado 25 de mayo  en Caracas (Venezuela) un modelo de participación de la sociedad civil en el proceso de paz con ese grupo.

El documento sintetiza las demandas recogidas por el Comité Nacional de Participación (CNP) entre varios sectores de la sociedad, respecto del régimen político, el modelo económico, la política ambiental y la educación, siendo las conclusiones y decisiones que se adopten  de carácter vinculantes  como políticas  públicas obligatorias, las  cuales asumirá el Estado Colombiano una vez  se  llegue a  un gran acuerdo nacional.

El anuncio representa el primer resultado tangible de las negociaciones que ha impulsado el presidente Gustavo Petro con la insurgencia como parte de su política de paz total. Además, significa el cierre del primer punto del Acuerdo de México, la carta de navegación del proceso de paz.

En la presentación del documento participaron las delegaciones del Gobierno y del ELN, encabezadas por Vera Grabe y Pablo Beltrán, respectivamente. Grabe aseguró que es necesario dimensionar y explicar a todo el país el documento recién firmado, cuyo contenido se nutre de las demandas de miles de personas, organizaciones y comunidades.

En palabras de la jefa negociadora, se trata de un texto “sintético” que recoge el “espíritu de paz” y que “busca salidas y aporta soluciones”. También afirmó que nunca antes ninguna negociación con el ELN de ningún Gobierno había llegado tan lejos como esta, no solo en referencia al cese el fuego bilateral, sino sobre todo en “la posibilidad de que la sociedad participe en la construcción de la paz”.

A su turno, Beltrán dijo que este acuerdo, resumido en cerca de 3.000 palabras, permite a toda la sociedad que diga cómo está el país y qué soluciones se requieren para resolver sus problemas. “Pero no solo que digan ―matizó―, sino que se comprometan en la búsqueda de las soluciones”. Además, marcó diferencias con otros acuerdos de paz del pasado, al afirmar que el de su guerrilla con el Gobierno no solo busca la pacificación, sino también la transformación de la sociedad.

En ese sentido, aseguró que aunque el ELN está dispuesto a cambiar y el Gobierno a impulsar cambios, también es necesario que la sociedad participe y se comprometa con ellos.

Rodrigo Botero, integrante de la delegación del Gobierno, también resaltó la importancia del acto de este sábado: “Este ya es un consenso para la mesa de diálogos y, por ello, en la búsqueda de la mayor participación posible para las transformaciones necesarias. Adelantamos un proceso histórico sin precedentes”.

Parte fundamental de ese proceso es el CNP, que tuvo 78 encuentros en Colombia, en los que participaron más de 8.500 representantes de organizaciones sociales de diversos sectores de la sociedad. De igual manera, se integraron unas 3.200 organizaciones en todo el país, hubo reuniones con 19 cárceles de Colombia y encuentros con la diáspora en 14 países de América y Europa.

La firma del modelo de participación significa un nuevo entendimiento entre las delegaciones del Gobierno y la guerrilla tras la crisis ocasionada por los diálogos paralelos que sostiene el Ejecutivo con el frente Comuneros Sur, una escisión del ELN.

Este es un bloque liderado por  Gabriel Yepes Mejía, que opera en los departamentos de Nariño y Cauca, anunció su ruptura total con la cúpula de la insurgencia a principios de mayo.

Semanas antes, Pablo Beltrán había criticado al presidente Petro por mantener esa mesa paralela con el frente disidente: “Hemos dicho que ese frente tiene un proceso disciplinario y estamos resolviendo el problema. Le explicamos eso al Gobierno, pero no hicieron caso. Han promovido una desarticulación y nos han creado un problema”.

 

Redacciòn