Salvadore Mancuso Gómez regresó a Colombia, después de 15 años preso en Estados Unidos. A su llegada, reiteró su compromiso con las víctimas y con la política de Paz Total del presidente Gustavo Petro Urrego.
Uno de los jefes paramilitares más temidos y violentos de Colombia, quien azotó y ser autor con sevicia a pueblos indefensos, masacres, despojos de tierras y crímenes en una de las etapas más violentas y sanguinarias de la historia reciente, regresó al país este martes 27 de febrero convertido como uno de los gestores de paz del Gobierno del presidente Gustavo Petro en el marco de la política de «Paz Total», bajo la custodia y protección especial de las autoridades colombianas.
El confeso criminal y narcotraficante señaló que espera ampliar declaraciones y confesiones de miles de crímenes tanto Justicia y Paz, como la JEP, “deben tener una vocación de tribunal de cierre, de lo contrario seguiremos alimentando el círculo vicioso de nuestras violencias”.
El que fuera el máximo jefe paramilitar, reiteró que se pone a disposición de ambos tribunales “con plena confianza en que son garantistas de los derechos fundamentales, de mi derecho fundamental a la vida y del Estado social de derecho”, insistiendo en que es consciente que su “retorno es un desafío para los mecanismos transicionales de juzgamiento y cooperación interjurisdiccional”.
La segunda razón es que quiere honrar su palabra con el presidente Gustavo Petro, que le “encomendó la tarea de ser gestor de paz y contribuir en tareas precisas a fin de materializar ese concepto en el que creo, fervientemente, la paz total”.
A su llegada en un mensaje , le dijo al presidente Petro que, tanto él como los excombatientes de las Autodefensas Unidas de Colombia, están “listos para instalar formalmente, tal y como usted lo anunció en su momento, la mesa técnica para el cierre definitivo de las negociaciones de Ralito”, para después recordarle que ese “es un deber moral suyo” y de los paramilitares “con la sociedad colombiana y con las comunidades de los territorios en los que libramos esta guerra”.
“Señor presidente, no desista de promover condiciones y escenarios idóneos para un diálogo con estas organizaciones, yo creo profundamente en el sentido filosófico que entraña la paz total y creo que su idea se puede materializar. Tiene usted aquí a un humilde servidor de esta causa”, le escribió Mancuso al presidente Petro.
El ex jefe paramilitar recibido por las autoridades de Migración también le mandó un mensaje al Clan del Golfo —autodenominado como Autodefensas Gaitanistas de Colombia— y a las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra y al Gobierno nacional, anunciando que se pone a disposición para “acompañar las conversaciones de paz que sean necesarias, no importa lo complejas que sean, no importa el lugar en el que se realicen, no importa en las condiciones adversas en las que se tengan que desarrollar; cuenten con mi humilde esfuerzo y experiencia si en algo creen que puedo contribuir a la resolución de nuestros conflictos y a eliminar cualquier tipo de violencia en nuestras formas de dirimir las diferencias”.
Así mismo, reiteró que su regreso a Colombia también está motivado para continuar con sus compromisos con las víctimas del paramilitarismo, “como lo he hecho ininterrumpidamente a lo largo de estos últimos 18 años”, advirtió Mancuso, que insistió en que se pondrá “al servicio de una agenda de paz que permita evitar que Colombia sea una nueva fábrica eterna de víctimas y dolores colectivos”.
“Me comprometo con la sociedad colombiana a ser un agente de cambio, a trabajar incansablemente por la paz y la reconciliación en cada uno de mis actos. No regreso a Colombia con ningún ánimo revanchista, no tengo cuentas pendientes con nadie. Vengo a cumplirle a las víctimas, a las instituciones del Estado y a la sociedad en general, de manera que me permitan, de nuevo, volver a ser parte de ella”, concluye Mancuso en su comunicado, que firma como gestor de paz del gobierno nacional.
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