Las primeras versiones de las autoridades indican que el cuerpo del coronel Óscar Darío Dávila Torres –quien se desempeñaba como coordinador de Protección Anticipativa de la Presidencia de la República, donde Marelbys Meza –quien fue niñera del hijo de Laura Sarabia, exjefe de gabinete de Gustavo Petro habría sido sometida al polígrafo y donde, al parecer, se habrían ordenado las chuzadas–, fue hallado en una camioneta en la localidad de Teusaquillo, a la altura del barrio Palermo (calle 22 con carrera 48), en Bogotá.
El escándalo del polígrafo y las interceptaciones ilegales a las que fue– toma entonces un giro inesperado ayer en la noche, cuando las autoridades en Bogotá encontraron el cuerpo sin vida del teniente coronel de la Policía Óscar Darío Dávila Torres, quien trabajaba en la Presidencia y era investigado por presunta responsabilidad en dicho caso.
El Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía realizó el levantamiento del cadáver e inspeccionó tanto el vehículo como la zona en la que ocurrieron los hechos.
El organismo trata de establecer si detrás de la muerte hubo un suicidio, pues al parecer –de acuerdo con información revelada – el uniformado se movilizaba con otro policía encargado de su seguridad el subintendente Javier Galeano a quien le habría encomendado comprar una botella de agua y, a su regreso al vehículo, lo encontró sin vida con un impacto de bala.
La Policía de Bogotá tras confirmar el hallazgo e informar que la investigación estará en manos de la Fiscalía “para determinar las circunstancias de modo, tiempo y lugar de estos lamentables hechos”. Al tiempo que lamentó la muerte, la institución anunció que dispondrá acompañamiento psicosocial para la familia del uniformado.
A su turno, el director de la Policía, general William Salamanca, acudió a Twitter para lamentar la muerte y expresar “solidaridad con sus familiares en este difícil momento”.
Sobre el hecho de su muerte, el ministro de Defensa Iván Velásquez, sostuvo que de acuerdo a las informaciones preliminares “no existen realmente dudas, fue un suicidio”, además que de eso hay certeza tanto del CTI como de la SIJIN en las diligencias que practicaron en la noche del viernes.
Dávila Torres, deja una esposa y dos hijos menores y era el encargado de asegurar con la avanzada del servicio secreto y de escoltas los sitios en donde estaría en actos públicos y privados el presidente de la República, labor que se cumplía con personal experto desde el piso 13 del edificio de la DIAN.
En una carta dirigida al fiscal Francisco Barbosa, el coronel Dávila Torres había manifestado su “absoluta disponibilidad” para presentarse ante su despacho para responder por las pesquisas alrededor, no solo de las chuzadas, sino del polígrafo.
“Reitero mi disponibilidad de presentarme en fecha y hora que se señale para ser escuchado en diligencia de interrogatorio (…) Reitero mi interés de colaborar con la correcta administración de justicia y me pongo a su completa disposición para contribuir al esclarecimiento de los hechos que son materia de investigación”, explicó entonces el coronel en la misiva.
“El día de ayer (jueves) me reuní con el coronel Dávila, quien me buscó para manifestarme que de la Fiscalía lo estaban amenazando. Le advirtieron que no se detenían ‘hasta que corriera sangre’. Hoy se quitó la vida con su arma de dotación. Lo de la Fiscalía es una persecución infame”, declaró el reconocido abogado especializado en ciencias penales y criminología de la Universidad Externado de Colombia Miguel Angel Del Río Malo sin más en su cuenta de Twitter, aseverando que fue el uniformado quien atendió la diligencia de inspección que adelantó la Fiscalía en el piso 13 del edificio de la DIAN, en Bogotá.
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