Teniendo en cuenta que en los primeros 8 meses de gobierno entre octubre de 2022 y mayo del presente año el galón de gasolina corriente en Colombia acumula un alza de $2.650 y las subidas progresivas aplicadas por el Gobierno han sido, quizás, una de las movidas más impopulares del presidente Gustavo Francisco Petro Urrego, que lo mantiene a la baja en las más recientes encuestas, el mandatario reconoció que “esta medida molesta, sobre todo a la clase media”.
Petro Urrego defendió que está buscando fórmulas para que los ajustes sean progresivos y envió un mensaje directo a través de Twitter: “Les pedimos a los propietarios de carros su solidaridad para cerrar una muy mala política que se impuso el año pasado con consecuencias que estamos mitigando”.
“Esta es mi gran preocupación de estos meses y sobre la cual hemos tomado decisiones”, escribió Petro al argumentar que la gasolina sube “para evitar que sean los más pobres, a través del presupuesto, los que paguen el subsidio de la gasolina a quienes tienen sus carros particulares”, al intentar explicar la medida para contra restar el hueco que deja el Fondo de Estabilización de Precios del Combustible (FEPC), creado en 2007 para subsidiar una parte del valor de la gasolina cuando la cotización internacional del petróleo es muy alta.
“La importación de gasolina viene de hace décadas, me preocupa que en el segundo semestre del año pasado se produjo una caída sustancial de la refinación interna que llevó a un incremento también sustancial de importaciones, justo cuando los precios internacionales eran los más altos; eso originó un déficit que puede alcanzar para este año más de 50 billones de pesos.” Expresó Petro.
El jefe de Estado manifestó que “Adicionalmente la importación de gasolina del año pasado se hizo sin planificar las compras, no hubo subastas y se terminó comprando la más cara con la misma calidad en el mercado exterior. Para este año debe planificarse esas compras y tratar de reducir el precio de importación de la gasolina con el fin de no dejar crecer el déficit y estabilizar los precios internos de los combustibles. Las importaciones de la gasolina no dependen de los precios sino de la capacidad de refinación interna que desde hace mucho es inferior a la demanda. La política del gobierno es disminuir la demanda en la descarbonización de la movilidad para llegar a cero en importaciones. Es decir electrificar el transporte.”
Finalmente Petro Urrego manifestó que “Hasta que los precios internos coincidan con el importado y cierre el aumento del déficit y se pueda pagar la deuda en los meses sucesivos”. Vale recordar que según unos cálculos lanzados hace pocos meses, el galón de corriente tendría que ubicarse por el orden de los $16.000 como lo ha señalado el propio ministro de Hacienda y Crédito Público, Ricardo Bonilla. O sea que, según eso, todavía haría falta una subida de $4.233 lo que se dará en los próximos meses.
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