Preocupación en Buenaventura por rompimiento de tregua entre Chotas y Espartanos

 

Nuevamente existe una  enorme  preocupación en las autoridades y  comunidad por el recrudecimiento de la  violencia y el accionar de las  bandas  delincuenciales tanto en la  zona rural  como  el sector  urbano.

La fuerza pública ha  vuelto a  intensificar  los  patrullajes y  operativos de  control a  fin de brindar alguna tranquilidad  a los  habitante sin embargo sectores como el  comercial han expresado sus  inquietudes ante las  amenazas, extorsiones y balaceras que se han recrudecido en los  últimos  días, afectado de paso varias  actividades  económicas  del puerto  sobre  el pacífico colombiano.

Centenares de habitantes  del Bajo Calima, una de las zonas más golpeadas por la violencia en la región, en su mayoría, se encuentra desplazada desde el 2022. Muchas de las familias se permanecen en la cabecera municipal y en Cali, tan solo una parte sigue en el sector, pero durmiendo en el polideportivo del corregimiento, debido a  los enfrentamientos armados entre el ELN y el Clan del Golfo.

En el casco urbano  lo que más  preocupa es el rompimiento de la tregua entre Los Chotas y Los Espartanos, bandas delincuenciales que  han protagonizado enfrentamiento dejando  miedo  y zozobra, sumado  al  aumento de  los  casos  de  extorsiones  a  comerciantes , transportadores y empresarios.

Ambas estructuras ilegales provienen de la organización criminal “la Local”, que imperó en el bajo mundo de Buenaventura durante una década, generando matanzas, secuestros, extorsiones, desplazamientos forzados y toda clase de horrores, buscando lucrarse del narcotráfico.

Su cúpula fue desmantelada por la Policía en 2019, lo que generó una fractura interna en la jerarquía. Fue así como en ese año La Local se dividió en dos facciones, enemigas entre sí: Los Shottas y Los Espartanos.

La mayoría de sus integrantes son adolescentes y jóvenes de estrato bajo, reclutados por traficantes de drogas.

A partir de ese momento estos grupos armados se enfrentaron por el dominio de la zona portuaria, llevando zozobra a la comunidad. Según las autoridades y la ciudadanía, las disputas se concentraron en las comunas 7 y 8, y en los barrios Juan XXIII, San Luis y Bellavista.

El pasado 2 de octubre pactaron una tregua, en parte gracias a las gestiones de la iglesia católica, como un primer gesto de buena voluntad. En un evento con la comunidad, los integrantes de Los Shottas y Los Espartanos jugaron un partido de fútbol, participaron en una misa y en eventos artísticos.

Los homicidios se redujeron en Buenaventura a partir de ese momento, propiciando el interés del Gobierno en profundizar sus acercamientos de paz.

Todo esto sumado al  rezago generalizado del Litoral Pacífico donde el Estado de manera histórica, en donde los  gobiernos  a  pesar de las  promesa  y acuerdos con las  comunidades no han invertido lo suficiente para garantizar las condiciones mínimas y dignas de desarrollo, servicios públicos, infraestructura social, entre otros.

Buenaventura el principal puerto sobre  el pacífico  por  su  ubicación geográfica que es estratégica para el comercio exterior también lo es estratégica.

Lastimosamente, para actividades ilícitas y en el marco de un problema geopolítico como es el narcotráfico, una ciudad que no ha tenido suficiente acompañamiento del Estado colombiano para crear sus condiciones mínimas y que también infortunadamente no ha sido exitosa desde los mecanismos de descentralización administrativa, pues confluyen un conjunto de variables que terminan generando una pobreza multidimensional muy alta como la que se tiene.

Hay un problema estructural que quizás en el momento que se abordó con mayor fuerza fue en el 2017 cuando se hizo el Paro Cívico de Buenaventura, se plantearon temas estructurales que iban desde lo más básico a los más profundo y que no se resuelven con pequeños acuerdos o una intervención, sino que había que hacer toda una política en el acuerdo.

El problema estructural se debe a que Buenaventura al ser una ciudad estratégica económicamente para lo legal y lo ilegal genera una dinámica fuerte de victimización que hace que los grupos armados que están relacionados con diferentes economías se asentaran en la ciudad y desde aquí generan una dinámica violenta tanto a los civiles, al territorio y entre ellos, como está pasando en este momento.

Redacciòn