El Santo Ecce Homo es una escultura de talla completa y desnuda hecha de madera policromada de origen Quiteño del siglo XVII cuya réplica del artista José Lamiel representa a Jesucristo cuando Poncio Pilatos lo presenta al pueblo con las palabras ¡He aquí el hombre!, que en latín se tradujo en la Vulgata como Ecce Homo.
El emblemático desfile hizo parte de la tercera procesión de las celebraciones religiosas de Semana Santa en la Ciudad Blanca. Un recorrido nocturno que este año congregó a miles de propios y turistas.
La imagen del Santo Eccehomo, tiene un particular significado para los Payaneses y Caucanos, ya que por medio del cual los liberales burlaron la censura conservadora y volverá a las calles de la capital Caucana con un multitudinario acompañamiento de obreros y fieles solo después de que finalice la Semana Mayor el próximo 1 de Mayo.
Esta maravillosa escultura religiosa generó discordias entre el presidente conservador Guillermo León Valencia y el pueblo liberal. Una historia que une la religión y la política.
Solo hasta 1961 el Santo Eccehomo de los liberales pudo desfilar en las procesiones de Semana Santa. Misma época en que el embajador de Colombia en España, Guillermo León Valencia, (payanés que un año más tarde sería presidente conservador), aprovechó para gestionar la construcción de una réplica del santo Eccehomo ya que la que se conservaba del siglo XVII estaba bastante deteriorada.
El escollo fue que cuando el escultor español José Ascencio Lamiel, quien viajó a la capital caucana, la terminó de elaborar, el pueblo liberal de Popayán se opuso a que esa fuera la imagen que saliera en las procesiones cada Primero de Mayo. Por eso, fue restaurada la original y la réplica se quedó para los conservadores, nunca ha salido en la procesión de los obreros.
Simplemente la gente no aceptó que la nueva imagen llegara a reemplazar a la del siglo XVII porque dijeron que la vieja era la liberal y la nueva la goda (conservadora), eso entre bromas para esa época y que son cosas de la religiosidad popular que aún se viven en Popayán en la llamada “Jerusalén de América”.
Cuando Valencia llegó a la Presidencia en 1962, ya habían pasado 15 años en los que el amo Eccehomo se había convertido en el único estandarte político que los liberales podían exhibir. Incluso, las banderas de las centrales obreras tampoco estuvieron permitidas durante los años en que las élites conservadoras y liberales se rotaban el gobierno, en el periodo del Frente Nacional.
En 2015 la escultura fue restaurada nuevamente, proceso que duró seis meses. Este año, después de dos de pandemia, la procesión regresó multitudinaria el 23 de abril, con el santo Eccehomo sobre los hombros de mujeres obreras hasta la iglesia de San Francisco, en el centro de Popayán.
Y en la mañana del Primero de Mayo los hombres se alistarán para cargar el santo que tiene una base de plata y sigue siendo el amo de tres siglos. Lo llevarán recorriendo las calles del centro de la ciudad hasta la loma del Templo de Belén, donde permanecerá el resto del año.
Estas procesiones de Popayán, declaradas por la Unesco como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, cumplen ya 467 años de realización. Una tradición que perdura en el tiempo y recrea con mucha fe la pasión y muerte del hijo de Dios.
El desfile, cuyos pasos van adornados con flores de color rosa y representan el gozo de la humanidad para su inmediata salvación, estuvo acompañado por miles y miles de files que con velas encendidas demostraron su fe y devoción.
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