Francisco, el Papa de las periferias, el primer pontífice jesuita y latinoamericano de la historia, cumple este lunes 13 de marzo de 2023, sus primeros diez años de Pontificado y, a pesar de la artrosis que arrastra en su rodilla derecha y que le impide caminar sin ayuda de una silla de ruedas o de un bastón, no piensa renunciar a corto plazo.
Jorge Mario Bergoglio salió al balcón de logia del Palacio Apostólico como Papa Francisco con una sotana blanca y una cruz de plata como único elemento decorativo. «Parece que mis hermanos cardenales han ido casi al fin del mundo», señaló en relación a quienes le eligieron 266 Papa de la historia de la Iglesia Católica.
Su elección estuvo marcada por la renuncia de su predecesor, Benedicto XVI y comenzaba así una etapa inédita en la historia, con un Papa reinante y un papa emérito conviviendo al mismo tiempo, un periodo que concluyó el pasado 31 de diciembre de 2022, con el fallecimiento de Joseph Ratzinger.
En los días sucesivos a la elección de Francisco se empezaron a conocer detalles de la vida y forma de ser del nuevo Papa, como que seguía pagando sus cuentas, que no le gustaba usar coche oficial y que había decidido quedarse a vivir en la Casa Santa Marta, más austera.
Precisamente, en su primera semana como Papa también dejaba claro lo que quería, en su primer encuentro con periodistas: «Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres». En julio de 2013 llegaba su primera encíclica ‘Lumen Fidei’, escrita a cuatro manos junto a Benedicto XVI. Ese mismo día, el 5 de julio, firmó el decreto de canonización de Juan Pablo II y ordenó también el de Juan XXIII, que subieron a los altares el 27 de abril de 2014.
Pocos días después, el Papa protagonizaba uno de los momentos más recordados de su pontificado, su viaje a Lampedusa después de la muerte de cientos de inmigrantes que intentaban alcanzar la isla italiana en pateras. Su grito de «vergüenza» por lo ocurrido resonó en todo el mundo.
Ese mismo mes, al Pontífice le esperaba su primer encuentro con miles de jóvenes en la JMJ de Río de Janeiro (Brasil). Durante el vuelo de regreso a Roma, el Papa Francisco respondió a las preguntas de los periodistas sobre las personas homosexuales. «Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad ¿quién soy yo para juzgarla?».
En febrero de 2019, el Papa Francisco convocó una cumbre antipederastia que reunió a toda la jerarquía episcopal en el Vaticano. Según estimaciones de las asociaciones de víctimas –con datos de comisiones de investigación estatales y eclesiales–, podrían ser entre 50.000 y 100.000 menores los que han sufrido maltrato físico y sexual en instituciones católicas en el mundo.
Además, ante el encubrimiento por parte de las jerarquías que se probaron en muchos casos como en Boston (EEUU), Irlanda, Ballarat (Australia) o Chile, gran parte de los trabajos tuvieron como objetivo enseñar a los obispos los métodos y procedimientos que tienen en su mano para denunciar estos delitos.
Tras esta cumbre, Bergoglio publicó el motu proprio ‘Vos estis lux mundi’, un compendio de reglas para erradicar cualquier caso de abusos, las prácticas del encubrimiento, que equipara la ocultación al abuso y que deja claro que es responsabilidad de todos denunciar.
10 años de pontificado dan para mucho. Francisco dijo que su programa de gobierno era instaurar lo que los cardenales propusieron durante los encuentros realizados antes del cónclave de 2013.
Estos estaban centrados en combatir la corrupción económica dentro del Vaticano, combatir los abusos sexuales, y quitar protagonismo a la curia para dárselo a las diócesis.
Debe estar conectado para enviar un comentario.