La guerra empieza en los corazones del hombre y es justamente aquí donde debe empezar la verdadera paz.

 

El efecto Maharishi ha demostrado que la meditación colectiva con miles de personas (una masa crítica) puede disminuir significativamente los indicadores de violencia en una ciudad como Washington.

Esto porque la conciencia, más que un fenómeno individual es algo colectivo. Maharishi explica como los fenómenos de violencia obedecen a un estrés en la conciencia colectiva y no a la lógica simplista de dividir la sociedad en buenos y malos.

Lógica que conduce a callejones sin salida porque las soluciones se ponen en el plano de la guerra, el odio y el aniquilamiento del enemigo

Individualmente podemos alimentar ese estrés colectivo con pensamientos de discordia y de odio o podemos crear un ambiente de paz y riqueza mediante la meditación colectiva que aumenta la coherencia.

Los físicos han comparado el fenómeno de la conciencia colectiva con el campo cuántico. En esta navidad, para hablar en términos cristianos, abramos nuestra mente y emociones a pensamientos creativos de paz, agradecimiento, perdón y felicidad.

Dice el maestro tibetano DK que la guerra empieza en los corazones del hombre y es justamente aquí donde debe empezar la verdadera paz.

Feliz navidad.

Wilmer Soler Terranova

Redacciòn