La imaginación y la creatividad son parte básica en la educación musical y la mejor forma de fomentarlas en los niños pequeños es por medio del ejemplo y la práctica.
En Puerto Tejada existe la Fundación Afrocolombiana para el Desarrollo Integral Dejando Huellas, el cual ha sido un proyecto musicosocial que difunde el folclor Nortecaucano, promueve el rescate cultural y actúa como agente de cambio en esta población.
Sus integrantes a la batuta de su directora Adriana Constanza Álvarez han trasmitido a sus estudiantes y comunidad lo importante de inculcar a los niños el amor por la música desde que son pequeños, no solo porque esta forma parte de la vida, sino porque aprenden a sentir y vivir la música como personas de bien.
El violín es un instrumento que tiene más de 300 años en la historia de la música y por fortuna niñas, niños y adolescentes están aprendiendo a interpretarlo conociendo de naturaleza netamentamente melódica, en sus melodías y su gran versatilidad donde se encuentra su riqueza y atractivo.
En estos tiempos difíciles es importante que las nuevas generaciones ocupen su mente y el violín es una excelente opción; como lo recuerdan y enseñan en la Fundación Dejando Huellas de Puerto Tejada, pues con disciplina, paciencia y constancia se logran los objetivos de acercar a una mejor experiencia musical con este instrumento, junto a los diversos talleres de danza, teatro, peinados afro, armado de turbantes, vacaciones artísticas recreativas, gastronomía y folclor, hacen de este municipio el semillero de músicos que gracias a la estimulación musical temprana se contribuye al desarrollo de la motricidad y sus capacidades sensoriales, la construcción de nuevos ciudadanos con sentido de pertenencia y amor por su pueblo.
Muy bien por este proyecto cultural que resalta lo positivo ,potencial de Puerto Tejada y sus gentes, dándole renombre a nivel nacional e internacional y cuya iniciativa se convierte en una verdadera herramienta de transformación social.
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