El emblemático monumento de Sebastián de Belalcázar regresó a su imponente pedestal en el oeste de Cali, de donde fue derrumbado por los indígenas Misak, el pasado 28 de abril de 2021, durante el inicio de las manifestaciones del estallido social nacional, ocasionándole daños que tardaron 19 meses en ser reparados.
“El monumento fue restaurado en su pie derecho que sufrió afectación en la espada tizona y vamos a incrustar una placa nueva que fue avalada por el secretario de paz de historia donde se narra la historia de la llegada de la conquista española a Latinoamérica”, afirmó Leonardo Medina, subsecretario de Patrimonio de Cali, tras indicar que igualmente le fue agregado un placa que explica su nuevo significado histórico.
Este icónico elemento fue hecho en bronce, pesa una tonelada y media, su instalación tardó varias horas, cuenta con tres anclajes en la base donde reposa señalando con su dedo índice hacia el Pacífico para hacerlo más resistente y estará nuevamente abierto al turismo de la capital del Valle.
“Se trata de 26 de julio, de 1536, fundación de la ciudad de Cali, también se trata del desarrollo que tiene esta ciudad por más de 480 años de historia, se trata de cómo se leen los asuntos, el conquistador y la esclavitud”, aseguró Jorge Iván Ospina, alcalde de Cali.
El pedestal mide 4 metros de altura y la estatua otros 2.80 metros, su construcción inicial la hizo el escultor español Victorio Machado, ahora la restauración estuvo a cargo de la payanesa María Patricia Caicedo y tuvo un costo aproximado de $360 millones asumidos por una aseguradora del patrimonio caleño.
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