El presidente Gustavo Petro Urrego asistió este viernes a la ceremonia de transmisión de mando de la Policía Nacional en la Escuela General Santander.
En el evento, el mandatario posesionó el general Henry Armando Sanabria Cely, quien asumirá el mando de la Policía. También se oficializó el cargo de la general Jackeline Navarro, quien estará al frente de la subdirección de la institución.
El presidente Petro hizo un reconociimiento especial al general Jorge Luis Vargas Valencia, director saliente de la institución por su trabajo invaluable en favor de la convivencia y la seguridad ciudadana de los colombianos.
El discurso de Petro en la ceremonia se centró en el concepto de seguridad humana. Dijo que eso no era invento de él, sino que es un «tema de discusión mundial».
Inició diciendo que el entendimiento de la seguridad «tiene que ser transformado en el país, porque el que se había usado había fallado de manera enorme llevando a instituciones a una quiebra de la ética y los derechos humanos».
Aseguró que ahora los indicadores para medir la seguridad «no son los de las bajas, son los de las vidas».
Precisó que a las mafias, en su gobierno, se le llamarán «organizaciones multicrimen», porque estas, explicó, «han cambiado y se han transformado con el paso de los años porque no solo se dedican al narcotráfico, sino que pueden establecer controles que llevan no solo a las drogas, sino también pasa a extorsiones generalizadas de barrios enteros de las grandes ciudades».
«¿Cómo se disminuye el riesgo de morir? De eso se trata la seguridad humana. Por tanto los indicadores no son los de las bajas, sino los de la vida. La pericia de un mando o de un oficial o de un comisario debería ser cómo salva la existencia humana que incluye, indudablemente, el desmantelamiento de las organizaciones multicrimen«, agregó.
«Estoy convencido que entre más crezca el concepto de dignidad humana dentro de la Policía Nacional, más cuidado tendrá la Policía del concepto y de la realidad de la dignidad humana fuera de la Policía Nacional allá en la vereda, allá en el barrio popular. La Policía no está para perseguir jovencitos en los parques. No está para tumbarle la carreta de alimentos un vendedor ambulante. No está para llegar a la casa de una familia campesina y, porque cultivaron hoja de coca, arrastrarlos hasta las cárceles», afirmó.
«¿Cuántas cosas criminalizamos que no deberíamos criminalizar? ¿Desde cuándo un campesino que cultiva coca es un criminal?, ¿Desde cuándo es criminal un joven que consume, cuando lo que debería tener al lado es a un médico?», preguntó Petro.
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