Santo viacrucis del Viernes Santo y la  adoración de la Cruz  en Puerto Tejada, una jornada para la oración

Con una  nutrida  asistencia  de  caminantes se  realizó  el  Santo Viacrucis  en  Puerto Tejada   los  cuales  reflexionaron en cada  una  de  las  14 estaciones, recordando los momentos y sufrimientos vividos por Jesús antes de su muerte y resurrección.

De  acuerdo  a  lo  previsto  por  la  organización de  la  Junta Permanente  Pro-Semana Santa  en  Puerto Tejada  este  año se dispuso un viacrucis con algunas reflexiones  claves sobre el tiempo actual y así todos los  participantes del Viernes Santo, recordando con  emotividad  las estaciones por las que pasó Jesús desde que es apresado hasta que llega al monte Calvario.

Una vez  más el  recorrido del  Santo víacrucis  en su recorrido por  las  principales  calles , sirvió  como ejercicio espiritual de gran arraigo en la piedad tradicional de la Iglesia católica  en  Puerto Tejada, pretendiendo  reavivar en la mente y en el corazón la contemplación de los momentos supremos de la entrega de Cristo por nuestra redención, propiciando actitudes íntimas y cordiales de compunción de corazón, confianza, gratitud, generosidad e identificación con Cristo.

El Párroco  del  Templo de la Inmaculada  Concepción  de  Puerto Tejada  Padre   Francisco Javier Trujillo Céspedes  quien   hoy Viernes Santo estuvo de  Cumpleaños señaló  que “Esta forma de meditación, casi escenificada y alternada con cantos y oraciones, nos ayuda no sólo a recordar los sufrimientos de Cristo, sino a descubrir, en cierta medida, la profundidad, la dramaticidad, el misterio sumamente complejo, donde el dolor humano en su más alto grado, el pecado humano en su más trágica repercusión, el amor en su expresión más generosa y más heroica, la muerte en su más cruel victoria y en su definitiva derrota, adquieren la evidencia más impresionante”.

El presbítero enseñó que la celebración está conformada por 3 momentos. Inicia con una liturgia de la palabra que termina con una oración universal, en donde se pide por todas las necesidades del mundo.

 “El Viernes Santo se celebra la pasión y muerte del señor, algunos podrían pensar que la celebración más importante es la del santo viacrucis y no es así. La celebración más importante del Viernes Santo es la pasión y muerte del señor que se celebra en todos los templos católicos a las 3 p. m.”, dijo.

“El segundo momento es la adoración a la cruz, reconociendo que es a través de la cruz como el Señor ha querido llevarnos a la salvación y como tercer momento la distribución de la sagrada comunión”, destacó el padre.

El Viernes Santo  ha  sido un acto vespertino  en  Puerto Tejada que comenzó con la liturgia de la palabra en la que se leyeron  dos lecturas y la Pasión según San Juan, a la que siguió la homilía y la oración universal. Concluyendo esta liturgia con la adoración de la cruz y la comunión con la eucaristía consagrada en la misa de la Cena del Señor.

Un rito propio de este día lo constituye  la adoración de la cruz. Un altar sin manteles y el madero de la cruz sin la imagen de Cristo. En esta tarde, la desnudez del altar, símbolo de la de Jesús en el Calvario, y la austeridad de la ceremonia que trasladó   a  los   feligreses al Gólgota.

Los  Portejadeños  al  igual  que en cada  una  de  las  Parroquias de  esta  población  Nortecaucana tuvieron la  oportunidad de  vivir un acto de profunda seriedad, pero alumbrado por la gloria del madero en el que estuvo clavada la salvación del mundo.

Milena  Cuellar  Izquierdo  de  la  Junta  Permanente Pro Semana Santa  y colaboradora  del  Templo de  la  Inmaculada  Concepción recordó   que  “El acto del Viernes Santo no es un funeral. La sencilla cruz de madera, sin la imagen del crucificado, que cruza la iglesia hasta el altar para allí ser adorada: el trofeo de la Pasión ante el que deberemos hacer genuflexión siempre que pasemos ante él, hasta que comience la Vigilia Pascual.”

Fotos: Gloria  Inés  López Orduy  – Nelson Molina

 

Redacciòn