Hacia 1980 entre los meses de febrero y marzo, haciendo un recuento de lo que habían sido las tradicionales ferias y fiestas del año 79 en la que participó “Mama Jova”, con su famosa familia Castañeda, se hizo en mi casa materna una reunión entre la señorita Ana Cilena Arroyave y mi señora madre Imelda Possú.
No fue una ni dos y quizás ni tres, las reuniones hechas en la casa, pues cada vez se integraba más y más participantes, (no digo nombres porque puedo pecar por omitir algunos que no recuerdo). Fue por entonces cuando por primera vez escuché una explicación referente a la importancia de sostener esa comparsa de la familia Castañeda.
Vamos, decía ella, “A revivir nuestra cultura ancestral, nuestras Tradiciones que vienen del monte, de nuestras veredas, y llegaron al pueblo traídas por nuestros padres, amigos y demás personas que visitan el pueblo, cuando vienen a mercar o simplemente a pasear”.
La invitación fue muy acertada había que revivir los matrimonios, montañeros, los cumpleaños, las pedidas de mano, los bautizos. “Esto con todo el respeto pero gozándolos como ellos lo hacen” insistía la señorita Ana Cilena con mucho ahínco y convicción.
Con algunas rifas y eventos que se hicieron, se lograron conseguir las telas para hacer los primeros vestidos, que esta inolvidable y formidable mujer Portejadeña, con la ayuda de mi señora madre, junto a doña Rosa Serna, Imelda Balanta, Marlene de Romero y dos o tres personas más, confeccionaron para representar por primera vez un matrimonio montañeros.
Tomó tanta importancia el evento, que “las ferias no eran ferias”si la familia Castañeda no salía», era tan esperada la comparsa que la gente nunca los dejó solos.
Por casi 5 años se hizo el entierro del calabazo donde llevan las cenizas de Joselito, el hombre que bebió todas las ferias y supuestamente murió, iba hacer enterrado y luego del baile se dan cuenta que estaba solo dormido, esto hacía feliz a la gente y el baile y la música continuaría el próximo año, se hacía el día Lunes con el cierre de las fiestas.
Poco a poco han ido falleciendo los primeros integrantes, pero lo bonito es que quienes continuaron con esta tradición no han dejado morir este pintoresco y alegre desfile.
Ruth Elena Jordán Possú – Historias de Puerto Tejada de Ayer y Hoy
Debe estar conectado para enviar un comentario.