El país acaba de perder a uno de sus más connotados hombres de Estado. El Ministro de Defensa Carlos Holmes Trujillo García ha sido una de las víctimas de más alto perfil político en el mundo que ha dejado la pandemia del Covid-19.
Su memoria perdurará en el corazón de quienes siguieron de cerca su amplia carrera al servicio de los colombianos.
Sirvió al país con la dimensión de un auténtico estadista, comprendiendo la magnitud de los problemas que enfrentaba y enfocando todas sus energías en brindar respuestas inteligentes de política pública.
Hasta el último minuto de su existencia trabajó con devoción absoluta, con casi 70 años y una pandemia en ciernes, no dejó de recorrer los territorios, deliberando en consejos de seguridad, adoptando planes de acción y poniéndole el pecho a los retos de seguridad y orden público.
Hablaba con fuerza, claridad y firmeza. Fue un gran orador como su padre y siempre salía airoso de sus debates en el Congreso. Era el líder más fuerte del gabinete y un defensor férreo de la gestión del Presidente Iván Duque.
Su trayectoria política le permitió un conocimiento profundo del Estado y de la dinámica del poder político como pocos.
Trujillo García, fue el primer Alcalde de Cali elegido por voto popular; fundador de la Federación Colombiana de Municipios; constituyente; embajador en Japón, Austria, Rusia, Bélgica, Suecia, Finlandia e Islandia; representante ante la Unión Europea; embajador ante la OEA; Consejero de Paz; Ministro del Interior, de Defensa y Canciller. Solo le faltó ocupar el solio de Bolívar.
Nos deja el político vallecaucano de mayor proyección nacional. Su legado perdurará para las nuevas generaciones.
El ex ministro de Estado se destacó como un líder político brillante e inteligente, con un gran nivel de argumentación y por ser dueño de un talante democrático y conciliador que daba cuenta de su dignidad, aplomo y decencia.
Sin importar las diferencias de pensamiento con sus contradictores, siempre actuó como un caballero de la política.
En sus últimos días fue un defensor hemisférico de la democracia ante el autoritarismo chavista y un gran conductor de nuestras fuerzas militares y de policía, convirtiéndose en un aliado incondicional de los gobiernos regionales en la implementación de las políticas de defensa, convivencia y seguridad ciudadana que trazó desde su ministerio.
Paz en su tumba.
Por: Luis Felipe Barrera Narváez
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