Centenares de indígenas pertenecientes al Pueblo Guambiano subieron hasta el conocido y emblemático morro de Tulcán y derribaron la histórica estatua del fundador de Popayán, el conquistador Don Sebastián de Belalcázar.
El Morro del Tulcán es el principal sitio arqueológico de Popayán. Este consiste en una pequeña loma no natural en forma de pirámide truncada en el cual se encontraron elementos de la época precolombina, aproximadamente entre los años 500 – 1600 a. C., período que se conoce como «de las Sociedades Cacicales Tardías».
En 1937 se inauguró en la cima del morro un monumento en honor al Conquistador Sebastián de Belalcázar, quien llevó a cabo la fundación hispánica de Popayán, con una estatua ecuestre elaborada por el artista español Victorio Macho, la cual fue derribada por los indígenas que subieron hasta este sitio.
Este miércoles, una movilización convocada por los pueblos indígenas del Cauca terminó con el derribo de la estatua de Sebastián de Belalcázar, el fundador de la ciudad de Popayán y otras poblaciones colombianas.
Y es que este acto es considerado un choque cultural en medio de la ola de protestas que se registra en el país, tras el asesinato del abogado Javier Ordóñez a manos de policías en Bogotá y de al menos otras 12 personas durante las manifestaciones posteriores.
Tras los hechos, el alcalde de la ciudad, Juan Carlos López Castrillón, rechazó el acto y dijo que la estatua será sometida a una restauración y luego será colocada nuevamente en el pedestal, el cual fue cubierto con la bandera de la capital Caucana.
»Es desafortunado y doloroso este acto contra un símbolo de la ciudad. Es un monumento de carácter y por eso nuestra decisión es restaurarla y volverla a colocar», expresó el mandatario local.
De igual forma, envió un mensaje de no violencia y le pidió a la comunidad no estigmatizar al pueblo indígena misak, que protagonizó la manifestación que terminó con la estatua del conquistador español en el suelo.
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