En estos días de crisis originada por la pandemia del Covid-19 una importante labor social y humanitaria vienen realizando las ollas comunitarias ubicadas en los distintos barrios y sectores de Puerto Tejada con el propósito de brindar gratuitamente como en el barrio La Esperanza o a un muy bajo costo al menos una comida diaria (almuerzo) a los habitantes que han visto limitados sus recursos por el desempleo y falta de recursos.
Con esta iniciativa se trata de hacer una comida comunitaria a varias manos de vecinos y amigos, preparándolas en un espacio público del barrio o casa anfitriona.
La plausible labor se ha convertido en un espacio de confluencia donde todos los participantes y voluntarias aportan alimentos y su trabajo para hacer juntos un plato del que los más vulnerables o en crisis coman.
Al ser la cocina un espacio tradicionalmente relegado a las mujeres, la olla comunitaria se ha convertido en esta población durante la época de la pandemia en referentes ciudadanos de empoderamiento y solidaridad.
La alimentación en épocas críticas define el comportamiento del ser humano. Puede destacar en él la caridad, el desprendimiento o la bondad hacia al prójimo, pero en esas mismas circunstancias también aflora el ingenio solidario por quienes están pasando apuros.
Con la sazón que también caracteriza a las mujeres Portejadeñas, estos grupos de voluntarias han logrado suscitar y tocar el corazón de benefactores y donantes, así como unir a sus amigos o vecinos alrededor de un plato de comida, brindar alimentación a la comunidad o población con necesidades y precarias situación ante crisis económica y social que ha generado el coronavirus.
El servicio de los almuerzos de las ollas comunitarias incluso en Puerto Tejada funciona a domicilio a precios de 1500 y 2000 pesos, los cuales se cobran para sostener la permanencia de la labor social .
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