Tras una reunión de tres días, donde la comunidad de Obispos de Nariño y Cauca hizo una «lectura cuidadosa de la realidad que se vive en estos territorios», develaron las problemáticas que en la actualidad afectan la estabilidad de las comunidades del suroccidente del país.
«Manifestamos nuestra profunda preocupación por el sufrimiento de nuestros pueblos, que se expresa en el abandono del Estado de sus ciudadanos, en el incremento del número de homicidios, los continuos enfrentamientos de los grupos armados que ponen en riesgo la vida de las comunidades, el reclutamiento de jóvenes y niños, la corrupción y la inestabilidad política de algunos de nuestros municipios y el daño de nuestros sistemas hídricos por la contaminación producida por la minería ilegal», señalan en un comunicado.
De igual forma los prelados de la Iglesia católica mencionan «el deterioro del medio ambiente, fruto de la tala indiscriminada de los bosques para la expansión de los cultivos ilícitos», por lo que manifiestan su preocupación y al mismo tiempo rechazan la posibilidad del reinicio de la fumigación, pues consideran, que se necesitan soluciones estructurales.
«Rechazamos el fenómeno del secuestro que vivimos en nuestra región, de manera especial el sucedido en los últimos días en el territorio del municipio de Guapi. Estamos convencidos que la vida humana, la libertad y la movilidad en el territorio son esenciales para el progreso de los pueblos», manifestaron ante el secuestro de civiles retenidos en una zona rural del municipio.
Justamente por ello, solicitaron a las autoridades proteger la vida y a organismos nacionales e internacionales, para que sirvan como mediadores en la liberación de los retenidos «para que actúen eficazmente y se logre su pronta liberación».
En un comunicado, los prelados también develaron otras problemáticas que siguen afectando la estabilidad de las comunidades, como son: el reclutamiento de jóvenes y niños por parte de grupos armados, la inestabilidad política de algunos municipios, el deterioro del medio ambiente, la expansión de la siembra de cultivos ilícitos y la minería ilegal.
Por lo anterior, hicieron un llamado a las autoridades y a todos los ciudadanos para que cada uno desde sus responsabilidades, velen por el respeto y cuidado de la vida humana y la Casa Común.
Así mismo, se refirieron al secuestro de los civiles retenidos en días pasados en zona rural del municipio de Guapi, en la Costa Pacífica del Cauca, al solicitar la intervención y buenos oficios de organismos nacionales e internacionales para que sirvan como mediadores en la liberación de los retenidos.
«Rechazamos el fenómeno del secuestro que vivimos en nuestra región, de manera especial el sucedido en los últimos días en el territorio del municipio de Guapi. Estamos convencidos que la vida humana, la libertad y la movilidad en el territorio son esenciales para el progreso de los pueblos. Por eso solicitamos a quienes los tienen retenidos que les permitan retornar cuanto antes al seno de sus familias».
Finalmente, frente a este complejo y sombrío panorama, los obispos pidieron la implementación de soluciones estructurales, lideradas por el Estado y el compromiso de la sociedad civil.
El mensaje que se dio fruto de una reunión en el municipio de Guapi, del 5 al 7 de marzo, fue firmado por: Mons. Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Popayán; Mons. Julio Enrique Prado Bolaños, Obispo de Pasto; Mons. José Saúl Grisales Grisales, Obispo de Ipiales; Mons. Orlando Olave Villanoba, Obispo de Tumaco; Mons. Óscar Augusto Múnera Ochoa, Vicariato Apostólico de Tierradentro; y Mons. Carlos Alberto Correa Martínez, Vicariato Apostólico de Guapi.
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