El fenómeno de la violencia en adolescentes es una de las problemáticas que afronta Puerto Tejada desde hace ya varias décadas.
En esta población Nortecaucana se aglutinan decenas de jóvenes envueltos en diferentes y complejas problemáticas generadas desde sus propios contextos familiares, sociales y educativos; por eso la ciudad se ha visto impelida a desarrollar diferentes estrategias de trabajo para amortiguar el índice delincuencial juvenil y reducir los escenarios de alto riego que suelen estar los menores de edad.
Pese a los esfuerzos por desarrollar procesos de resocialización y reeducación en los adolescentes, niños y niñas a través de estrategias pedagógicas, formativas y restaurativas, implementadas en proyectos y programas que se les ofrezca oportunidades, aún se requiere mayor compromiso del Estado y de la sociedad para abordar una problemática tan delicada.
Dentro de ese compromiso, está el papel fundamental de los medios de comunicación, cuya responsabilidad ha sido brindar información sobre los hechos; sin embargo, su enfoque siempre ha estado centrado en las noticias negativas.
Hoy por ello queremos resaltar el trabajo de Jhon Fernando Nieva Escobar, un exmilitar suboficial del Ejército Nacional de 31 años que en ejercicio de su labores y en defensa de la patria hace 8 años recibió varios impactos de fusil que lo dejó en condición de discapacidad.
Nieva Escobar, quien igualmente se desempeña actualmente como presidente de la Junta Comunal de Zanjón Rico está convencido que por ejemplo se debe ahondar en el trabajo con pandillas para erradicar la violencia juvenil, en apuestas como la educación, deporte y trabajo comunitario como herramientas de transformación.
La presencia de bandas y pandillas es frecuente en muchos barrios de Puerto Tejada y, la mayoría de las veces, perturba la convivencia ciudadana.
El dirigente Comunal Jhon Fernando Nieva Escobar ,asegura que “Una situación de violencia en la familia, un sistema educativo que no soporta la dinámica de jóvenes con problemas y la búsqueda de un espacio de protección son algunas de las causas por las que los jóvenes se acercan a las pandillas, en pocas palabras: la pandilla pasa a ser su hogar”, quien advierte que lamentablemente la pertenencia a una pandilla puede convertirse en el primer peldaño de una carrera delictiva y, eventualmente, los pandilleros pueden ser utilizados como mano de obra del crimen organizado.
“En Puerto Tejada la situación social de muchos jóvenes y niños potencialmente, también tiene su efecto en su núcleo familiar, donde sus comportamientos no son coherentes con su desempeño cotidiano, que desemboca en conductas agresivas y desmotivación. Esta crisis familiar y de pobreza en que están imbuidos jovenes y niños , es la amenaza de la desintegración social, como los hogares que se rompen, donde se pierde autoridad ética y moral, donde muchos caen en el alcoholismo, la drogadicción y en la delincuencia” afirma Jhon Fernando Nieva Escobar.
Para el Suboficial del ejército (r) resulta en el caso de Puerto Tejada “urgente insistir en mejorar el enfoque de los modelos que se implementan para aplicar las políticas públicas, que son las acciones del Estado y de sus instituciones para tratar de resolver las problemáticas sociales que impactan a la sociedad. En esta parte, la mayoría de las políticas públicas implementadas son de carácter coyuntural y no aplican a atacar los problemas estructurales, como la pobreza, desigualdad y la marginalidad, en las cuales se encuentran inmersos la mayoría de los jóvenes pandilleros, como también su núcleo familiar”.
Y es quizás que como estudiante de Teología en sus charlas con niños y jóvenes de Puerto Tejada , ha querido llevar un mensaje espiritual sobre el sentido del amor y la capital importancia de la reconciliación y la concordia.
“Lo primero que debemos es desarmar nuestros corazones y comprometernos a seguir combatiendo, pero el odio y el desamor, y con la palabra de Dios y no con actos violentos”, insiste para quien “a los jóvenes ahora se les debe enseñará a guerrear, pero con la palabra de Dios cerrando los ojos, alzando los brazos y doblando las rodillas en señal de humildad y sumisión al que todo lo puede”.
Y es que se trazado la tarea que los jóvenes en alto riesgo de Puerto Tejada, “merecen una segunda oportunidad y enderezar sus vidas, muchos me han manifestado la intención de arrepentirse sinceramente de todo el mal que he causado a la comunidad, por lo que están dispuestos a cambiar sus vicios y comportamientos ilegales con un nuevo proyecto de vida y ser personas de bien, emprendedores, talentosos en el deporte y la cultura, ya que muchos de sus amigos han perdido la vida” concluyó Jhon Fernando.
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