Niños y adolescentes marcharon contra abusos sexuales en Puerto Tejada

Con la consigna » Conmigo  no te metas, No te  metas ni te  Toco”, decenas  de niños, docentes y padres  de  familia   se movilizaron contra los casos de abuso sexual en  Puerto Tejada.

Durante la marcha los protagonistas expresaron la tragedia que padecen mujeres y niños a través de cánticos, pancartas, dibujos y expresiones teatrales, que buscaron persuadir a la población Portejadeña a unirse a la reivindicación de los derechos de los niños.

Dentro de las exigencias de los niños  y niñas  de los  Centros  de Atención Infantil CDI  de  Los  Bancos  y Huellitas  de  Paz  y Convivencia , destacan la incorporación de una educación integral de sexualidad en colegios; políticas públicas orientadas a la infancia y adolescencia; contundencia judicial en los casos de abusos; y mayor protección a las mujeres de las comunidades campesinas y  Afrocaucanas.

La Marcha  que  contó  con el  apoyo del  Grupo de  Infancia  y  Adolescencia  y el ICBF se  realizó  con el  propósito  que toda la sociedad entienda de una vez por todas que las niñas y niños no mienten, no fabulan, no fantasean cuando cuentan que han sido abusados, que merecen ser escuchados, pero sobre todo respetados y apoyados cuando tienen el coraje ante toda nuestra incredulidad adulta de revelar lo que les pasa.

Otra  de  las  recomendaciones  que  se  hicieron  tiene  que  ver  con  inculcar  en  los hogares  de  Puerto Tejada   una crianza amorosa  y respetuosa para  prevenir el abuso sexual infantil  que responda, acepte y respete a las necesidades físicas y emocionales de los niños, porque esto genera progresivamente la confianza en sí mismos y en el  entorno  social que los rodea.

Marcela  Mina  madre  de  familia que  acompañó  a  su  hija de  cinco años  en esta  marcha dijo “Deberíamos entender de una vez por todas que a los niños y niñas, no se los humilla, no se les amenaza y no se les pega”.

Con lo intentó  sugerir   que estas actitudes de los padres para con sus hijos no sólo dañan su autoestima, sino que interfieren con el desarrollo intelectual, emocional, en el aprendizaje y en la integración social.

“Los llena de rabia e impotencia, aprenden a someterse, a ser víctimas, destruyendo la confianza en sí mismos y su amor propio. Los golpes les hacen creer a los niños que los adultos tienen poder absoluto sobre sus cuerpos, incluso el derecho de causarles dolor. Que sus cuerpos están sometidos a la voluntad de los adultos lo que los hace presa fácil de los abusadores sexuales infantiles”  explicó  Claudia Patricia Torres otra madre de familia del barrio Santa  Elena al  sur  de  Puerto Tejada.

Fotos: Nelson Molina

Redacciòn