En el marco de la celebración de la Semana Mayor se llevó a cabo este Martes Santo una emotiva ceremonia de Lucernario en honor de la Inmaculada Concepción de María en el templo parroquial que lleva su nombre en Puerto Tejada.
Centenares de fieles participaron de esta velada nocturna como antesala de lo que será la culminación de la primera parte de la Semana en la preparación cuaresmal y el inicio del triduo Pascual, la cual fue la intención de esta ceremonia y su significado sobrenatural.
El padre Francisco Javier Trujillo Céspedes, Párroco del Templo de La Inmaculada Concepción explicó en el evento nocturno que “debemos ubicarnos antes en el sentido espiritual del Viernes Santo y del Sábado Santo: como consecuencia de la muerte del Señor Jesús en la cruz el Viernes Santo, se abate sobre la tierra y sobre las almas la oscuridad, desde el momento en que Jesús es Dios y como tal, es “Luz eterna de Luz eterna”; al morir en la cruz Dios Hijo encarnado, “Sol de justicia”, se cierne sobre la humanidad toda la más densa y oscura tiniebla, en la que están contenidos los tres grandes enemigos de la humanidad: el demonio, la muerte y el pecado”.
Con velas los asistentes a este lucernario a la Virgen María con oraciones y cantos tuvieron momentos de reflexión en común alrededor de una mujer que supo integrar en su vida todos los valores que transmitió Jesucristo.
“Mujer de nuestra raza, mujer sencilla, solícita, emprendedora, en comunión total con Dios. María es un valor muy nuestro, porque está muy cercana a nosotros. Tres cualidades marcan la existencia de María: es la «virgen oyente», siempre atenta a la Palabra de Dios; es la «virgen orante», que supo estar al lado de su Hijo durante los momentos difíciles en que todos le abandonaban, que acompañó a los necesitados, que estuvo junto a los discípulos de su Hijo orando con ellos. Y es la «virgen oferente», que supo entregar a Dios lo más precioso que podemos dar, que es nuestra vida y supo darnos a los demás lo más precioso que tiene una madre, que es su propio hijo” sostuvo el presbítero Trujillo Céspedes.
Fotos: Gersaín Sandoval
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