El Parque principal los Fundadores fue el escenario de unas emotivas adoraciones al Niño Dios, tradición Afronortecaucana de gran arraigo popular y connotación social de la región.
Con la organización de la Fundación FUNFORPAZ y el patrocinio del Ministerio de Cultura, La Alcaldía Municipal y el Instituto Municipal de Cultura y Turismo IMCYT,fue posible que centenares de Portejadeños pudieran apreciar y bailar al ritmo de la fugas y cantos en medio de una de las manifestaciones religiosas que se hunden en las raíces del pasado lejano de las tierras Nortecaucanas.
Estas fiestas -recordaron los animadores de esta velada- se deben a que durante la época de la esclavitud los negros tenían que asistir a las celebraciones organizadas por los amos, y sólo podían dedicar algún tiempo a sus propias fiestas cuando había cesado en las haciendas toda festividad conmemorativa del nacimiento de Jesús en la Navidad.
Otros cuentan que las adoraciones coincidían en el pasado con épocas de cosecha, pues era durante aquellas cuando se disponía de dinero para celebrarlas con decoro. Quizás las dos explicaciones se fundamenten en la historia y tan sólo se refieran a momentos diferentes que por lo lejanos se confunden en los vericuetos de la memoria colectiva.
“En realidad, la tradición oral ilustra poco sobre el origen mismo de las adoraciones y únicamente nos dice que «vienen de muy atrás», transmitidas de generación en generación. Lo más probable, sin ·embargo, es que su génesis esté ligada a la historia de la hacienda esclavista Nortecaucana y a sus mecanismos de control social. Después, paulatinamente las adoraciones evolucionaron sobre todo durante el período en que el negro, una vez convertido en campesino libre, las apropió y transformó su versión original para legarlas al presente en una forma modificada y enriquecida”. Explicó la investigadora y Pianista Eliana Portes.
De esta manera los asistentes a esta presentación folclórica de la tradición oral pudieron ilustrarse y conocer un poco sobre el origen de estas tradicionales adoraciones al Niño Dios pues en realidad los propósitos de esta apuesta cultural tuvieron además el aprendizaje de un pasado en la memoria e identidad de la cultura Afronortecaucana.
Fotos: Gloria Inés López Orduy
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