Desde hace más de dos semanas, el suroccidente colombiano está en jaque por el paro indígena, en protesta por los históricos incumplimientos de varios gobiernos para con estas comunidades. El paro es un coctel explosivo: choques entre manifestantes y la fuerza pública con una movilización y apoyo a la protesta que ya deja ocho indígenas muertos y decenas de heridos.
La bancada de congresistas de varios partidos y movimientos políticos le exigieron esta tarde al presidente Iván Duque Márquez que de la cara y viaje al departamento para resolver directamente la crisis generada por el bloqueo a la carretera Panamericana y cuyas pérdidas está afectando varios departamentos con millonarias pérdidas que los propios gremios de la región las estiman en más de 30mil millones de pesos.
Los legisladores en carta al Jefe de Estado señalan que el anuncio de su visita al Cauca, sería “la noticia que permitiría la normalización de la carretera Panamericana, en el entendido que su presencia es muestra de su voluntad para atender las reclamaciones de la causa indígena”.
Los Congresistas demás entre los que se encuentran firmando la misiva los representantes a la cámara: Carlos Julio Bonilla Soto, Crisanto Piso Mazabuel, Jhon Jairo Cárdenas Morán y Luis Fernando Velasco Cháves,señalan que están convencidos del “ talante conciliador y que la ecuanimidad va prevalecer en esta hora difícil”.
El presidente Iván Duque se negó a recibir esta tarde a los casi 30 congresistas que llegaron de manera intempestiva a la Casa de Nariño sin cita previa a pedirle que tome medidas urgentes para resolver pronto la protesta indígena que ya cumple más de dos semanas y que tiene paralizado el suroccidente del país.
Los congresistas de todos los partidos de oposición y de algunos independientes, que llegaron en grupo a Palacio, tuvieron que abandonar el lugar después de dos horas sin poder ver al mandatario.
Jaime Amín, el alto consejero presidencial, quien los atendió, dijo que el presidente Duque podría recibir mañana jueves a una comisión, pero no a todos los legisladores.
Si bien es una historia que se repite cada cierto tiempo, resurgió con fuerza: se inició con reuniones, concentraciones, pero evolucionó y pasó a bloqueos en la carretera Panamericana, la arteria que comunica a los departamentos del Valle, Cauca y Nariño con el resto del país,
Desde el 10 de marzo, le piden al mandatario que presida directamente sin intermediarios unas conversaciones con las que esperan se construya la hoja de ruta para ejecutar los compromisos pendientes con esa región.
En el Cauca siguen esperando al mandatario, mientras la tensión crece y hay pocas luces de que el diálogo sea fructífero y se le ponga fin este clima de zozobra,miedo e inestabilidad del orden público que cada día se deteriora.
El presidente ha asegurado tajantemente y así lo dirá en una alocución televisiva que no cederá a la presión que se agudiza con la extensión de los bloqueos y que ya empieza a generar preocupación en los gremios empresariales y comerciales, de quienes recibió el respaldo para que no viaje al Cauca si se mantienen las vías de hecho.
Según el Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC para resolver los compromisos adquiridos con estas comunidades es necesaria una inversión de 4,6 billones de pesos adicionales que serían ejecutados en este cuatrienio.
La respuesta del gobierno es que esta población ya quedó incluida en un capítulo particular del Plan Nacional de Desarrollo, que tiene presupuestado 10 billones de pesos para los próximos cuatro años.
Para las comunidades, el gobierno, a pesar de ser reciente, no demuestra voluntad para resolver la situación de la población.
Es por ello que los congresistas del suroccidente colombiano le han pedido formalmente al mandatario de los colombianos que viaje cuanto antes al Cauca y mediante un diálogo sincero y concreto resuelva la grave situación que ya comienza a generar serios traumatismo en la economía, la vida social y el bienestar de miles de habitantes que se consideran de un lado “secuestrados” y de otro “defraudados” por la acción gubernamental que ha limitado los derechos a vivir en paz.
Las comunidades siguen esperando que Duque cumpla su promesa, dos días después de asumir el cargo en agosto, de iniciar conversaciones para trazar una ruta en su gobierno que permitiera subsanar las necesidades prioritarias de los pueblos étnicos y campesinos.
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