Guambianos (Misak) y Paeces (Nasa) se enfrentan nuevamente por tierras en zona rural del corregimiento de Sibería de Caldono al Norte del Cauca.
Las más recientes confrontaciones dejan varios lesionados y hay denuncias de retenciones irregulares.
Por medio de un comunicado los Misak o Guambianos, dieron a conocer que supuesta retención de dos de sus compañeros aborígenes.
La comunidad indígena, dio a conocer que mientras ellos realizaban la ocupación del predio Ambato ubicado en la vereda Santa Bárbara del corregimiento de Siberia, municipio de Caldono, la comunidad Nasa comenzó a retener a varios de sus compañeros, al mismo tiempo, que fueron agredidos física y verbalmente por parte de la guardia indígena del CRIC.
Ante estos nuevos hechos los nativos de la comunidad Guambiana atribuyeron toda la responsabilidad a la Alcaldía de Caldono y la Guardia indígena del CRIC, por permitir que se sigan invadiendo más territorios.
Dice la comunidad Misak que ese concepto de Estado y ámbito territorial ha llevado al Cric y a los Nasa a legitimar sus actos de violencia y amenazas, despojo y desplazamiento forzado. Agregan que otros movimientos indígenas han venido guardando silencio frente a los atropellos y tratos inhumanos a su comunidad.
El Gobernador del Cauca, Oscar Rodrigo Campo Hurtado, se pronunció frente a la situación y dijo que «se requiere que las comunidades indígenas, Misak y Nasa confrontadas en el municipio de Caldono, encuentren la disposición y acción de resolver los conflictos sin violencia y exhortó la presencia del Gobierno Nacional, para atender la temática de discusión a través de procesos de conciliación».
Tras la presión del pueblo Misak, a la Defensoría del pueblo y al Alcalde Municipal de Caldono, Paulo Andrés Piso, han pedido mesura y diálogo permanente para resolver este conflicto que tiene como centro la lucha interna entre comunidades indígenas por la “Pacha Mama” o Madre tierra.
Por otra parte se supo que los indígenas que resultaron, intimidados, golpeados y lesionados fueron llevadas al centro de salud del corregimiento de Pescador donde recibieron atención médica.
¿Pero por qué, los Indígenas Caucanos se siguen “dando en la Jeta”?
Un territorio de 369 hectáreas, en Caldono, en el Norte del Cauca, tiene en disputa a las comunidades indígenas Misak y Nasa, quienes consideran que esa zona señalada les pertenece.
El problema se originó desde hace 8 años, cuando el Cabildo Indígena Misak de Ovejas- Siberia solicitó al antiguo Incoder, hoy Agencia Nacional de Tierras, la constitución de un nuevo resguardo que incluyera 22 predios adquiridos por los comuneros y siete predios recibidos de esa entidad para el Cabildo Indígena de Guambia, que luego fueron transferidos al Cabildo de Ovejas-Siberia.
Según Leidy Jimena Hurtado Muelas, Médica Cirujana del cabildo de Guambia, las autoridades del Cabildo Nasa La Laguna, se opusieron a la constitución del Resguardo Misak, y desde el 25 de julio del presente año “invadieron” sus territorios.
De otro lado, el Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) en un comunicado ha pedido que se encuentre una salida al conflicto que se vive en esa región y está haciendo seguimiento a las denuncias de estas comunidades indígenas.
Las comunidades indígenas cuentan con el 18% de la superficie del Cauca, correspondiente a 544.901 hectáreas distribuidas en bosques, cultivo, paramos, pastos, rastrojos y tierras eriales.
De lo anterior las tierras para uso productivo son 174.375 hectáreas (bosque plantado, cultivo y pastos), lo que indica un promedio de 3,5 hectáreas por familia. Este dato tiene bastante cercanía con los cálculos con base en los estudios socioeconómicos del Ministerio de Agricultura.
Sin embargo, saliendo de los fríos datos estadísticos, lleva a pensar en una gran tensión por la tierra en las comunidades indígenas, ya que es el elemento fundamental de su cosmovisión y de su economía (la Unidad Agrícola familiar para el Cauca está por encima de las 12 hectáreas). No en vano las grandes movilizaciones por la tierra. No en vano los esfuerzos del CRIC por lograr niveles de negociación e interlocución con el Estado colombiano.
Con el actual Gobierno Nacional se intentan realizar también concertaciones como la plasmada en actas suscritas a finales del año 2.005, como resultado de la “Jornada de Liberación de la madre tierra”, que sigue teniendo como eje la recuperación de las fincas La Emperatriz y el Japio en Caloto.
No obstante no ha habido voluntad política según la ACIN Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca para que estas concertaciones tengan eficiencia y cumplimiento, pues estos predios están ahora sembrados de caña de azúcar , luego de haber sido décadas atrás hatos lecheros y sembradíos tradicionales.
Algunos comuneros han estado presionando al CRIC para que se abandonen los espacios de interlocución y se pase a la vía de la toma masiva de tierras.
No obstante la Consejería del CRIC también tiene la presión de las comunidades que han generado estos espacios de interlocución y que no están en la disposición de que se abandonen de un momento a otro.
En todo caso en los sectores sociales cercanos al CRIC existe la convicción de que un movimiento que tan pacientemente ha ido forjando su lucha, logrará idear la estrategia y mecanismos para alcanzar una respuesta a esta coyuntura, pero sobre todo para lograr que la Reforma agraria siga teniendo vigencia para el pueblo colombiano.
Si algún departamento requiere un acuerdo agrario es el Cauca. Allí se viene librando un conflicto por la tierra entre comunidades indígenas e industriales y empresarios que ya deja algunos muertos, amenazas y afectaciones de lado y lado. Nadie pareciera dar el brazo a torcer.
La propuesta de los pueblos indígenas, precisamente, es que los actuales propietarios de las fincas en el norte del Cauca les vendan las tierras – los predios los comprarían con los recursos de la Agencia Nacional de Tierras, logrados tras acuerdos con el Gobierno en el pasado – o de lo contrario optan por las vías de hecho.
Según Asocaña, por cierto, 2732 hectáreas de 16 predios ubicados en los municipios de Caloto y Corinto han sido afectadas por los indígenas.
Para el ex contralor Departamental del Cauca y analista político, Nelson Eduardo Paz Anaya «Solo una verdadera acción local, con entusiasmo, con la visión de sacrificarpartes en aras del todo, pude brindar los mejores resultados, creando espaciosen donde todos sientan el beneficio de acuerdos justos sobre realidades deirresolución, si se conservan como están, pueden por el contrario, ocasionarpeores conflictos sociales, políticos y económicos».
Paz Anaya señala que «Históricamente el error ha sido esperar la solución venga del nivel central del gobierno, no se debe olvidar muchas de las dificultades provienen de presuntas soluciones improvisadas, que produjeron las peores incertidumbres».
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