El hambre y la malnutrición son flagelos que siguen azotando a la humanidad, con grandes impactos sobre la vida y la salud de millones de personas en Colombia y el resto del planeta.
Datos oficiales más recientes de la situación nutricional en Colombia dejan ver, por ejemplo, que la inseguridad alimentaria afecta al 42,7% de los hogares colombianos; la desnutrición crónica al 13,2% de los niños y niñas menores de cinco años; y, el retraso en talla al 10% de la población entre los 5 y 17 años2 . Estas cifras, que son apenas unos indicadores del hambre en Colombia, se acompañan de otras que demuestran la grave situación de la malnutrición en el país.
Es por ello que una de las actividades del Consejo Comunitario Campesino Palenque Monteoscuro ha sido trabajar de cerca EL DERECHO HUMANO A LA ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓN ADECUADA (DHANA) con jóvenes en las Instituciones Educativas de Puerto Tejada.
La comunicadora social Mayra Alexandra Castillo ha sido la encargada de coordinar este proyecto y conjuntamente con Jazmín Viáfara visitaron los estudios de La U Radio.com, La Suprema FM y El periódico La Última , acompañados de un grupo de estudiantes de los colegios Sagrado Corazón de Jesús y Bethel Adventista, dieron a conocer sus experiencias y propósitos que ya están poniendo en práctica.
“Nos preocupa enormemente que el Estado colombiano no haya adoptado medidas efectivas para controlar, por ejemplo, la publicidad, promoción, patrocinio y mercadeo de productos comestibles ultraprocesados que, publicitados como “alimentos” o “alimentos nutritivos”, tienen graves consecuencias sobre la salud y el derecho humano a la alimentación y nutrición adecuada de la población colombiana, especialmente de la población infantil” señaló Castillo.
“El derecho a la alimentación adecuada se ejerce cuando todo hombre, mujer o niño, ya sea sólo o en común con otros, tiene acceso físico y económico, en todo momento, a la alimentación adecuada o a medios para obtenerla” aseguró la coordinadora del proyecto DHANA en Puerto Tejada.
Se viene trabajando en ese sentido inicialmente en estos dos planteles educativos de Puerto Tejada para que nuestros estudiantes, docentes y demás estamentos de las instituciones conozcan que “También implica qué alimentación queremos para el ser humano y cómo protegemos a la sociedad de la imposición de costumbres o productos supuestamente alimenticios, que son extremadamente perjudiciales para la salud y para el mantenimiento de nuestra diversidad alimentaria. Todos y todas tenemos “derecho a los derechos humanos”. Defender y exigir los derechos humanos es defender la vida, la libertad, el deseo de vivir dignamente, y sin injusticia, pobreza, ni daños sobre nuestras comunidades, el ambiente y nuestros propios cuerpos” Precisó Mayra Alexandra Castillo.
En este programa se le explica a los jóvenes y comunidad involucrada que es crucial, por ejemplo, el respeto y la protección de la diversidad productiva alimentaria y culinaria del país; el apoyo a las poblaciones rurales productoras de alimentos; el control a la publicidad y mercadeo de productos comestibles ultraprocesados con riesgos para la salud; la superación de las amenazas sobre el derecho a la alimentación y nutrición de poblaciones en zonas de riesgo climático; y, la adopción de políticas públicas en el tema alimentario cuyo enfoque sea de derechos humanos y no, tan solo, de seguridad alimentaria.
“ Nosotros ya hemos entendido que el consumir de comestibles con conservantes es un peligro latente en la salud de las niñas, niños y adolescentes, además que la obesidad y el sobrepeso no son un problema estético, son una urgencia de salud pública y que debemos evitar por ejemplo el consumo de tanta comida chatarra y gaseosas” Dijo Michel Yulissa Zapata Vidal de la Institución Educativa Sagrado Corazón de Jesús .
Una adecuada garantía del derecho humano a la alimentación y nutrición adecuadas (DHANA) requiere la existencia de políticas públicas por parte del Estado y otras instancias como la legislativa para evitar que mediante publicidad engañosa se haga creer que con el consumo de ciertos productos se está alcanzando una alimentación sana, cuando es todo lo contrario.
“ Nosotros venimos explicando a nuestros compañeros de clase y demás salones del colegio que las comidas chatarras proporcionan un déficit nutricional que lleva a la desnutrición, trayendo consecuencias en el sistema inmunológico y haciendo que no se desarrollen correctamente los anticuerpos, importantes para combatir enfermedades», expresó, Robert Santiago Zapata Peña de La Corporación Educativa Adventista.
“Para mantener una alimentación balanceada y saludable en mi colegio recomendamos: La necesidad de inculcarles a los niños formas de comer vegetales. Evitar los fritos y el exceso de golosinas” enfatizó Marlon Yesid Salazar.
«Los padres, son en su mayoría los responsables de crear un mal hábito alimenticio en la vida del niño, al buscar la «facilidad» de sus comidas diarias y al no enseñarles la importancia de los nutrientes que cada comida debe tener» puntualizó Mayra Alexandra Castillo , quien también pidió la defensa de las fincas tradicionales econativas en Puerto Tejada y el Norte del Cauca, las cuales se constituyen como el hogar de la población afronortecaucana y como el sistema productivo que les ha permitido vivir durante décadas junto a la diversidad de plantas y animales propios del bosque seco tropical. Las plantas medicinales y condimentarias, los árboles frutales, las hortalizas, el plátano y los tubérculos les proporcionan a las familias la mayor parte de alimentos necesarios, mientras que el cacao y el café son los cultivos que les permiten generar los ingresos para adquirir los bienes que no se pueden producir dentro de las fincas. Las plantas y animales que conforman estas fincas están asociadas a la sabiduría médica, botánica y alimentaria afronortecaucana para mantener fuertes los cuerpos y los espíritus.
Marlon Yesid Salazar,Mayra Alexandra Castillo, Robert Stiven Zapata,Andrea Viafara, Roberth Santiago Zapata Guevara y Michel Yulissa Zapata Vidal.
En las intervenciones de los jóvenes estudiantes y la coordinadora de este proyecto quedó también claro que se vulnera o viola el derecho humano a la alimentación y nutrición adecuadas cuando por ejemplo, a un campesino o campesina, población indígena o afrodescendiente les roban su tierra, los desplazan y los dejan sin alimentos suficientes para alimentarse dignamente.
Igualmente cuando una empresa transnacional contamina, daña o destruye los alimentos de las comunidades o los medios de vida y bienes naturales que son necesarios para producirlos o cuando los gobiernos no suministran alimentos de calidad y aceptables culturalmente, a poblaciones con hambre o víctimas de desastres naturales o antrópicos.







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