Duque y Petro definen la Presidencia en segunda vuelta,el 17 de Junio

 

La jornada definitiva será el próximo 17 de junio.

No fue solo la bendición de Álvaro Uribe la que ungió a Duque. El joven candidato ha hecho lo suyo. Una campaña sin errores, un aire fresco y una disciplina de hierro explican por qué estará en el tarjetón de la segunda vuelta.

Alvaro Uribe, la principal fuerza política del país desde hace varios años, necesitaba un alfil fresco fiable, moderno y renovador para ganar las elecciones presidenciales del 2008. Nadie llenaba más esos requisitos que Iván Duque. Se sabía que quien tuviera la famosa camiseta de “el que diga Uribe” pasaría a la segunda vuelta. Pese a que también desata grandes controversias, el expresidente continúa siendo el fenómeno político de las últimas décadas. Su bendición es suficiente para arrastrar a millones de votantes. Pero no fue solo la bendición la que ungió a Duque. El joven candidato ha hecho lo suyo.

Duque, como un antiguo liberal y representante de una nueva generación, debe tener una visión progresista de la vida. Sin embargo, tiene que combinarla con los prinicipios de las fuerzas de derecha que lo respaldan.

La paradoja es que el ascenso de Gustavo Petro, con el fantasma del Castrochavismo, produjo que también Duque creciera. Petro empezó a crecer en las encuestas y las imágenes de sus enormes manifestaciones en la plaza pública produjeron pánico en el establecimiento y fortalecieron a Duque. El país se dividió en dos extremos y los candidatos que representaban opciones de centro quedaron borrados. El temor de convertirse en otra Venezuela hizo que muchas personas decidieran votar de una vez con Duque para atajar a Petr

El fenómeno Petro, el candidato de izquierda que más cerca ha estado de llegar a la presidencia

A los 58 años, el exalcalde de Bogotá logró ser el rey de la plaza pública y de las redes sociales. Con un discurso anti sistema y conectado con los jóvenes y con los más vulnerables, este hombre puede partir en dos la historia de la política.

Que Petro haya pasado a la segunda vuelta con vientos y mareas en su contra, le cambió los planes a personajes que toda la vida han soñado con llegar a la casa de Nariño. Sergio Fajardo es uno. A pesar de representar la antipolítica, quienes han seguido el recorrido del exgobernador de Antioquia saben que ese siempre ha sido su anhelo. Pero que Petro hubiese sacado de la contienda de la segunda vuelta a Germán Vargas Lleras, nieto del expresidente Carlos Lleras Restrepo y a quien siempre se le consideró el más seguro presidenciable, puede interpretarse como un verdadero cimbronazo para el establecimiento y para algunas elites y empresarios que le temen.

El gran reto de Petro para la segunda vuelta presidencial será revertir uno de sus mayores defectos: el de no ser un hombre de consensos. Ese ha sido su talón de Aquiles y tal vez uno de los mayores obstáculos que tendrá a la hora de gobernar si llega a la Casa de Nariño. Aunque durante los últimos días de campaña centró su discurso en hablar de un gran pacto nacional sobre lo fundamental, muy al estilo del desaparecido Álvaro Gómez, su limitada capacidad de maniobra en el Congreso lo pondrá en escenarios complicados y divididos. Solo el tiempo dirá si en un eventual gobierno de Petro pesarán más sus virtudes o cualidades. O viceversa.

Redacciòn