Mayo es el Mes de la Afrocolombianidad, es el mes de la conciencia sobre los orígenes, la herencia y la presencia cultural africana que engrandece la nacionalidad y la identidad cultural de la sociedad colombiana.
En el marco del Decenio Internacional de los Afrodescendientes, con su lema: reconocimiento, justicia y desarrollo y la aplicación del programa de la Conferencia Mundial contra el Racismo y la Discriminación del 2005, en Durban, Suráfrica, todo el mes es un gran espacio cultural formativo, reivindicativo y enaltecedor, que convoca a la nación afrodescendiente y al conjunto de la nación colombiana a autoreconocer y a enaltecer la africanidad del pueblo y la diversidad de la cultura colombiana.
Mayo, nos convoca a desarrollar la memoria y el conocimiento de los pueblos y culturas africanas antiguas y contemporáneas, así como la historia, las luchas, la realidad y problemática, los derechos y las reivindicaciones de los pueblos afrodescendientes del continente, con énfasis en el pueblo afrocolombiano.
El Mes de la Herencia Africana de Colombia nos convoca a asumir los compromisos – personales, institucionales y comunitarios – con el fortalecimiento del proceso organizativo étnico; la denuncia social de la profunda injusticia y desigualdad; la demanda de verdad, justicia y reparación por el crimen de lesa humanidad de la esclavización por los europeos; la eliminación del odio racista y de las formas de discriminación racial y social; el restablecimiento y ejercicio de los derechos humanos y de los derechos étnicos; la escritura y enseñanza de la historia afrodescendiente colombiana; la implementación de la enseñanza de los estudios afrocolombianos en el sistema escolar; el impulso a la movilización política de las comunidades afrodescendientes; y, en general, por reconocimiento y enaltecimiento de la Afrocolombianidad.
Conmemorar la Afrocolombianidad nos reclama reivindicar la enorme deuda histórico-social y la gran responsabilidad de los Estados español- europeo y el español-colombiano, con la grave situación de pobreza material y espiritual a las que están sometidas las personas y comunidades afrodescendientes a lo largo y ancho del territorio nacional.
La Afrocolombianidad debemos comprenderla como la extraordinaria contribución de los pueblos y culturas de los países africanos de donde fueron secuestradas las personas africanas, y de sus descendientes en Colombia, los afrocolombianos, al proceso de fundación, construcción, desarrollo y protagonismo de la nacionalidad y de todas las esferas de la sociedad colombiana.
Es el conjunto de aportes – históricos, genéticos, poblacionales, sociales, económicos, culturales, religiosos, espirituales y políticos – que realizaron los ancestros personas africanas y realizan los afrocolombianos al desarrollo y evolución de la Colombianidad.
La Afrocolombianidad no depende del color de la piel o el lugar donde hayamos nacido. Es un conjunto de valores que pertenecen a todos los colombianos y colombianas integrados en la historia, la genética, la economía, la linguística, la familia, la religiosidad, la literatura, la estética, la lúdica, el arte, la música, el baile, el deporte, la política, el Ser, la vida y la muerte.
Celebrar la Afrocolombianidad nos convoca a hacer un recorrido por el pasado, presente y futuro de las culturas africanas, afroamericanas y afrocolombiana, sus historias, sus luchas, las injusticias de que han sido víctimas, el estado de sus derechos humanos y étnicos, sus diversidades culturales, sus procesos organizativos reivindicatorios y sus proyectos de empoderamiento ciudadano y político. Sentir y valorar la Afrocolombianidad es vivir y engrandecer la colombianidad.
El Mes de la Afrocolombianidad es un espacio educativo para enaltecer la Afrocolombianidad, la construcción del Cimarronismo, la reflexión ciudadana y política sobre la realidad de las comunidades, y la reivindicación de los derechos humanos y étnicos del pueblo afrocolombiano.
No debe ser convertido en un carnaval donde las personas afros reproduzcan los estereotipos coloniales de folclóricos y rumberos. Es el mes para reivindicar activamente, en todas las comunidades, con cada personaje y acontecimiento, el derecho a la vida con dignidad.
Es el mes para reivindicar que “ La paz verdadera significa garantizar a cada ciudadano justicia y dignidad” (Barack Obama), el derecho a la superación de los «Cien años de soledad», en la tierra prometida donde la aristocracia española descendiente mantiene sometido, explotado y marginalizado a miles de comunidades del pueblo afrocolombiano.
Por: Juan De Dios Mosquera
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